Luego de nuestro vuelo low cost, llegamos a Sydney y lo primero que nos damos cuenta es que está lloviendo. No importa, total es tarde y no tenemos nada mas planeado para ese día que comer algo, ducharse y acostarnos a dormir. A todo esto, la pocilga u hostal donde nos quedamos está en pleno centro, igual se ve taquillera, pero la Paula la encontró un poco sucia y prefirió dormir en saco. Yo en cambio prefiero aprovechar de dormir en sábanas. Lo único realmente malo es el colchón, se nota que tiene mucho uso (especialmente de “ese” tipo de uso) ya que los resortes están para cualquier lado, pero no importa, es una cama y se agradece, después de dormir en el auto. A la mañana siguiente nuestro primer día completo en la ciudad y adivinen que, está nuevamente lloviendo. Igual eso no nos iba a detener y salimos a recorrer un poco. Fuimos a Hyde Park y nuestra primera pasada por Opera House (que cosa más linda y pensar que costó n para que lo hicieran). También tomamos el monorriel (un tren que transita por el centro, es más choresa que útil), de hecho dimos dos vueltas y vimos más del centro de la ciudad. Es día terminamos comiendo en un buffet que si bien no era tan rico fue barato (para los precios de acá). Vuelta a la pocilga hostal y a dormir.
En la mañana del día siguiente, que seguía lloviendo mucho, aprovechamos de contratar algunas cosas para más adelante y de escribir el capitulo anterior del blog. Después pasamos por el barrio chino y fuimos a Paddy Market que es como un persa con un mall arriba. Allá aprovechamos de almorzar. Ese día también compramos una carpa para cuando vayamos a Uluru (la roca más grande del mundo que está en la mitad de Australia). En la noche fuimos a recorrer el Harbour Bridge (el típico puente de Sydney), The Rocks (el primer barrio de la ciudad) y vimos el Opera House de noche (que lindo es). También esa noche descubrimos la super promo de Hungry Jack (Burger King, que acá se llamá así porque cuando Mc Donalds llegó a Australia, además de su marca inscribió la del burger, entonces ellos no pudieron usarla acá y Ronald estuvo sólo por más de 30 años… que chancho el Mc Caca, super ético lo que hizo, es como que la Coca-Cola inscribiera como su marca “Pepsi” en un determinado país para así bloquear su entrada… sólo Mc Donalds podía ser tan asqueroso) a 95 centavos la cheese burger ($500 pesos chilenos). Viendo los pronósticos del clima vimos que la lluvia iba a seguir asi es que tuvimos que abortar algunas de las actividades que tenía pensado hacer en Sydney (esta era mi segunda vez acá así que alguna idea tenía de lo que era interesante) como ir al zoológico o a las Blue Mountains.
Nuesto último día completo en Sydney empezó igual que los otros: con lluvia (se supone que esta ciudad nunca es así), pero como era el ultimo día igual teníamos que recorrer algo. Lo primero que hicimos fue ir a tomar el tour para ver el Opera House por dentro. Te llevan a ver las salas, te cuentan la historia de cómo se construyo (y todo lo que costó hacerlo, no sólo hablo de plata, sino que de lo difícil de hacer una estructura como esa). Cuando pasamos por la sala de ópera y ballet, nos toco justo el ensayo del Ballet de Romeo y Julieta y vimos justo la escena climax cuando Julieta se hace la muerta, Romeo se la cree, se mata y luego ella despierta, lo ve muerto y también se suicida. Después de hacer el tour del Opera House, nos tomaos un bus que recorre la cuidad y sus principales vistas. Así por fin pudimos ir a alguna de las playas, en este caso a Bondi Beach que es la playa más top, pero como el día estaba más feo que Adrian (y los Dados Negros), la playa estaba vacía. En el bus te iban contando sobre los lugares que pasabas y podías irte en el piso de arriba para ver mejor, claro que éste no tenía techo y como se ponía a llover de vez en cuando, no se podía estar allí. Después de nuestro recorrido en bus por la ciudad volvimos a la pocilga para hacer la mochila ya que al día siguiente partíamos temprano a Ayers Rock/Uluru.
Nos levantamos bien temprano para tomarnos el transfer al aeropuerto (llegó como media hora tarde pero por suerte íbamos con tiempo). Sydney para variar nos despide con lluvia y tomamos nuestro avión con destino a Ayers Rock. Luego de 3 horas de vuelo vemos por la ventana a la famosa roca. El día está totalmente despejado, no hay ni una sola nube a la vista (algo que hace mucho tiempo no veíamos). Tomamos nuestro auto (no arrienden con Hertz son secos para ocultarte costos, lo que aparece en internet no corresponde a lo que finalmente te van a cobrar, esto no nos había pasado en Melbourne con Europcar). El que arrendamos en un Toyota Corolla (en Chile es el Auris), bien rico el auto y la cago que no consume nada (con aire prendido da como 15 km por litro). Lo primero que hacemos es instalarnos en el camping y almorzar (acá hay 1 hora y media menos que en Sydney, o sea 12 horas y media más que en Chile). Como hacia tanto calor aprovechamos de bañarnos en la piscina del camping y luego partimos a las Olgas/Kata Tjuta que son otras rocas que están en el mismo parque nacional. Allá caminamos por más de 1 hora y media con mucho sol (usamos bloqueador y no nos quemamos)… impresionante las vistas, el color de las rocas, es muy lindo. Después nos fuimos a Uluru (la roca grande, la atracción máxima del parque) para ver la puesta de sol allá (se supone que uno tiene que ir a ver la puesta de sol y el amanecer a la roca). En el camino se nos cruzaron lagartijas y camellos.
La puesta de sol en Uluru es simprlemente impactante, por los colores, porque estas en la mitad de la nada y en medio esa roca gigante. Creo que las fotos hablan por si solas. Después de tan maravilloso momento pasamos al súper del resort (el camping es parte de un resort) y compramos cosas para un asadito. Tuto y descansar…estábamos demasiado cansados.
Al día siguiente nos levantamos relajadamente, aprovechamos el sol y calor para lavar ropa (a mano) y fuimos nuevamente al parque. Pasamos a un centro cultural aborigen, donde te contaban historias sobre la roca y las costumbres de los aborígenes que habitan estas tierras. Luego de eso hicimos un trecking alrededor de la roca (como 12 km a pleno sol). Las vistas de la roca de cera, son muy lindas, es sobrecogedor el lugar, es muy místico, uno se siente absolutamente en contacto con la naturaleza, con Dios o con lo que quieras creer. A la vuelta del tracking, piscina y luego fuimos a un buffet donde podías comer carne de animales exóticos. Yo comí brochetas de canguro y cocodrilo, salchichas de emú, búfalo y vaca. La Paula comió pollo. Lo choro era que tú mismo te cocinabas tus cosas y luego te servías los acompañamientos del buffet. El canguro era muy rico. Además de eso unas cervezas en mi caso y jugo para la Paula, acompañado de música en vivo. Finalmente a dormir ya que a la mañana siguiente nos tocaba amanecer viendo la roca.
Para ver el amanecer en la roca hay que salir como tarde a las 5 AM, así que nos tuvimos que levantar como a las 4.45 (más temprano que Oliver) para vestirnos y lavarnos la cara. Ver el amanecer siempre es algo muy lindo, pero verlo en este lugar sin duda que es algo diferente, único y especial. Lamentablemente era día domingo, así que había mucha gente y ruido, pero aun así la cosa es espectacular. Dejamos que la gente se fuera y disfrutamos del silencio, de sentir a la naturaleza, escuchamos a las aves, incluso oímos los aullidos de los Dingos (perros salvajes). Luego de eso volvimos al camping a tomar desayuno y desarmar campamento. Vuelta al aeropuerto, dejamos el auto y avión a Sydney. Sin duda que estos días en el centro de Australia fueron inolvidables, absolutamente recomendable venir a ver esto (es un poco caro y queda a tras mano, pero vale la pena, eso sí, tómense más días acá).
Volvimos a Sydney en la tarde tipo 6 y por fin hay sol. Aprovechamos los últimos rayos de sol para ir al Botanic Garden (Jardín Botánico) y vimos el atardecer de la ciudad, el opera y el puente. Pasamos a comer nuestras burger de 95 centavos y a dormir en la pocilga. Ahora eso si estábamos en King Cross que es un barrio como Bellavista. La pocilga era más limpia y moderna que la otra, pero dentro de las cosas raras era que las duchas eran mixtas (cada ducha es separada, pero en la del lado podía haber una niña o un niño). Al día siguiente cuando me bañe, me di cuenta que el reflejo del agua en el suelo era como espejo y veias las duchas del lado (haberme dado cuanta antes para aprovechar de bañarme al lado de alguna niña que valiera la pena ver… jajaja). Luego de dejar la pocilga nos fuimos a tomar nuestra van. Para llegar allá tuvimos que hacer un periplo en tren y taxi pero al final llegamos. Lo que sigue a continuación ya es material del próximo capítulo.
Cosas Raras: En Uluru, hay lugares que son sagrados para los aborígenes y no debes tomar fotos. El nombre de uno de ellos era muy peculiar (me acordé de algunas despedidas de soltero que he ido) Si las que son malas tienen lugar sagrado, imagínense que hacen con las buenas… jajaja.
“¡Hágalo Por Favor! No sea idiota”: Estabamos invictos, no habíamos cometido ninguna tontera, hasta que tomamos el auto para ir de vuelta al aeropuerto de Ayers Rock. Cuando pasamos a echar bencina nos damos cuenta que falta una de las mochilas. Qué raro… qué pasó… nos devolvimos al camping ( que estaba cerca de la bomba) y vemos que en el camino una vieja está sacando un bulto negro y poniéndolo al costado (la vieja estaba viendo la etiqueta de la mochila para llamar por teléfono)… era la mochila que se había caído del auto porque la maleta estaba mal cerrada y no nos habíamos dado cuenta cuando pasó. Así que por favor revise siempre que la maleta del auto haya quedado bien cerrada para que así las cosas no se le caigan (a mochila por suerte no le pasó nada).