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lunes, 27 de agosto de 2012

México: Cancún (y la sorpresa)


Este capítulo trata sobre nuestro paso por México. El lugar que visitamos en este país fue Cancún, el cual se caracteriza por su gran oferta turística, lleno de hoteles y actividades anexas como ir a visitar ruinas, parques acuáticos, islas, etc. El objetivo de nuestro paso por aquí era más que nada descansar un poco del ajetreo de Europa (ya le hemos dicho muchas veces que si bien viajar es una experiencia increíble, también es muy agotador).

Para viajar de Madrid a Cancún, volamos por 10 horas en una línea aérea que estaba en el límite entre una low cost y una normal (tenía comidas más o menos, asientos chicos y sin ningún tipo de entretención, pero era barata). La lata es que nos tocó´ asientos separados (la Paula iba adelante mio, pero los dos en el pasillo, lo que es mejor a haber quedado en medio de tipos raros). La fauna del avión era de esa que aplaude cuando despega y aterriza, además de llevarse hasta las tarjetas de seguridad, pero da lo mismo porque vamos camino a nuestras vacaciones dentro del viaje.

Llegamos a Cancún y el transfer (que se demoró un poco en organizarse y salir) nos llevó a nuestro hotel. Hicimos el check in y allí nos encontramos con que todas las piezas con cama matrimonial estaban usadas (yo había pedido una, pero como hice la reserva a través de un tercero, no nos pescaron mucho). Mala suerte no más (la tipa fue bien pesada y rota) y nos fuimos a dejar las cosas y a comer algo. El hotel donde nos quedamos se llama Barceló Tucancún Beach y es de esos en que recibes lo que pagas o sea es bien del montón. La comida es bien abundante, pero no hay mucha variedad y de sabor es piola (no rica, salvo algunas excepciones). Como les dijimos, del montón. La pieza igual era grande, con una linda vista al mar (con el horario cambiado vimos el amanecer un par de veces), tenía dos camas que eran entre plaza y media y dos plazas (no eran chicas, pero era mejor dormir separados) y como cosa rara, el baño estaba dividido, ya que la parte del lavatorio estaba casi que en la misma pieza y la ducha y el WC a parte. El hotel tenía 3 piscinas, bares y 4 restaurantes (2 a la carta, el de mariscos y el mexicano), reposeras, actividades diarias y shows nocturnos, lo necesario para relajarse.



En Cancún nos dedicamos a comer, tomar, dormir y bañarnos en la piscina o la playa. Así que en realidad no hay mucho más que contar de eso. Descansamos, lo pasamos muy bien y claramente no hicimos nada de eso de ponernos al día con el blog o el cuaderno (todo lo que se ha escrito ha sido en el aeropuerto o esperando buses, trenes o aviones). Tuvimos mucha suerte con el tiempo, ya que sólo nos llovió el día que llegamos y el resto siempre fue sol. Dentro de las cosas que nos pasaron en estos días fue que la Paula para variar con su suerte, se ganó un bingo. Claro que el premio era solo una polera (peor es nada). También salimos a ver unos centros comerciales que había cerca, ya que el sol se iba de la playa y la piscina tipo 5.30 PM, así que después teníamos que hacer algo para entretenernos. En las noches fuimos a ver los shows del hotel y así vimos un compendio de bailes mexicanos, un tributo a Michael Jackson (muy bueno) y uno de las películas de Hollywood.




















La única actividad diferente que hicimos fue ir a visitar las ruinas de Chichen Itzá, las famosas pirámides mexicanas (en realidad no son pirámides, pero eso da un poco lo mismo). En el paseo para ir a ver Chichen Itzá (está como a 220 km. De Cancún), nos fuimos en un tour que primero pasó a una tienda de artesanía (una lata, pero típico de los tours) y durante todo el camino el guía fue hablando de cosas sobre la cultura Maya, el poblamiento de América y la llegada de los europeos (algunos datos medios dudosos o no 100% confirmados). Después pasamos a lo que queríamos ver que era el centro arqueológico.  Lo que no sabíamos es que este lugar es privado (no le pertenece al estado) aunque no es tan cara la entrada (da lo mismo porque esta incluido en el precio el tour). Hay que tener mucho ojo con los precios, ya que el mismo tour vimos gente que pagó 70 dólares y otras 35, claro que depende de varias cosas, ya que en muchas partes te dan tour gratis, estadías o rebajas si es que vas a tomar un desayuno, en el cual te tratan de enchufar un tiempo compartido y terminas perdiendo mínimo toda la mañana. A nosotros nos trataron de calzar con uno de estos, pero dijimos que no (en la luna de miel nos había pasado). En resumen comparen precios, pero no todo lo que brilla es oro (nosotros pagamos 49 dólares y lo contratamos por internet, sin tener que ir ninguna cosa rara). Volviendo a lo que nos interesa, llegamos al lugar y vimos la famosa “estructura de base piramidal” (no es una pirámide y es el templo de Kukulcan), los templos, el observatorio, la cancha del juego de pelota y muchas cosas más. Lo interesante de todo esto es que los mayas construyeron estas cosas de gran simetría y de finos acabados sin dominar aún los metales. Los mayas eran una cultura muy avanzada en la parte de ciencias como matemáticas o astronomía, pero tecnológicamente atrasados en comparación a lo que se veía en el resto del mundo. Como muestra de esto las pirámides son del siglo XII y por ejemplo, la catedral de Notre Dame en Paris o el Baptisterio de Pisa son contemporáneos. Claramente no cabe comparación con las pirámides de Egipto 4000 años más antiguas. En el centro también hay un cenote (aperturas en la tierra donde por debajo hay agua de ríos subterráneos) que era donde hacían los sacrificios humanos. Muy interesante estar allí y aprender más de las culturas de nuestro continente. A la vuelta a Cancún paramos en otro cenote en el cual nos bañamos. El agua era bien helada, pero con el calor que teníamos nos pareció de lujo. El agua del cenote es muy transparente y es bien profundo (como 40 metros).


















Terminados los días de relajo y descanso en la playa, nos tocaba continuar con nuestro viaje. El destino que seguía era la ciudad de Cusco en el Perú, pero para llegar hasta allá la mejor conexión (que encontramos y más barata) fue hacerlo vía Santiago… si como algunos habrán escuchado por allí, pasamos por Santiago de Chile después de más de 10 meses, pero queríamos hacerlo de sorpresa. El viaje a Santiago fue bien largo, ya que tuvimos que hacer escala en Ciudad de México y nos demoramos casi 24 horas desde que nos pasaron a buscar al hotel hasta que llegamos a la casa de mis papás (la primera parada)… como nadie sabía que llegábamos, aprovechamos de jugar un poco y nos disfrazamos con nuestra ropa que compramos en Dubái y así entramos a la casa (aún tengo las llaves). Obviamente la sorpresa fue bien grande para mis papás y la Miriam (Roberto estaba trabajando). Luego de almorzar, donde justo ese día fueron mis abuelos (sorpresa también para ellos, pero sin disfraz, ya que no queríamos sorprenderlos tanto para que no se nos mueran de la impresión), partimos a la casa de Felipe (hermano de la Paula) y para llegar para allá inventamos una chiva de que Roberto iba a ir a dejar unas maletas con ropa y al llegar estaba sólo la Mari con Arturo y nuevamente disfrazados les dimos la sorpresa (por fin conocimos a nuestro sobrino… es muy lindo y pequeño). Al rato después llegó Felpe y al principio no cachaba quienes eran estos tipos árabes que tenían a Arturito en brazos (estábamos de espalada), así que al vernos el impacto fue total (fue el que mejor resultó). Finalmente ese día estaba por Santiago el papá de la Paula y fue a comer a la casa, si saber que nosotros habíamos aparecido, así que nuevamente gran sorpresa. Al día siguiente ordenamos algunas cosas, regaloneamos a Arturo y en la tarde nos fuimos donde mis papás y nos encontramos con Roberto (que aun no lo habíamos visto). En la noche comimos con mis papás y ellos habían invitado a mis padrinos, así que allí estuvimos. A la mañana siguiente ya teníamos nuestro vuelo a Perú (tuvimos que estar en el aeropuerto a las 6 AM) y lo que sigue ya es parte del ultimo capitulo con el viaje en el blog.




En resumen, nuestro breve paso por México nos permitió descansar, conocer de la cultura local, pero si volvemos no lo haríamos en el mismo hotel (de todas maneras hay mejores). El próximo capitulo esperamos subirlo luego ya que en un rato estaremos de vuelta (definitivamente) en Chile.

Cosas Raras: Como estuvimos metido principalmente en el hotel, no tenemos mucho, salvo este letrero de la maracas mexicanas… son muy baratas (o caras, según el tipo que sea).

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