El capítulo de ahora, trata de nuestro paso por las ciudades de Londres y Paris (¿y Talca?). Mayor introducción a estas ciudades no vale la pena (nos imaginamos que todos saben de lo que estamos hablando), así que comenzamos.
El vuelo a Londres llegó a uno de esos aeropuertos que quedan más retirados (a 1 hora del centro) y para entrar, yo no tuve problemas, pero no así la Paula. Como su pasaporte era manual, escrito a mano y solo tenía el timbre de salida de Ámsterdam, el tipo de inmigración se puso preguntón, quisquilloso y latero. Tuvimos que mostrarle los pasajes de salida, la reserva del hotel (en el computador, lo mismo que el resto de los pasajes que aún nos quedan), la denuncia en la policía por el robo del pasaporte (en checo) e incluso, como muchas de las cosas están a mi nombre y no al de ella, le tuvimos que mostrar la libreta de matrimonio (por suerte la Paula la había echado y por fin sirvió de algo). Finalmente el tipo se dejó de molestar y por fin pudimos salir. Como les habíamos contado, el aeropuerto queda lejos y nos fuimos en bus al centro. Como el camino era largo aproveché de ordenar algunas cosas y ponerme al día con las cuentas. Llegamos a la ciudad y nos fuimos a la pocilga. El resto del día no hicimos nada porque no teníamos plata (ver después la sección del no sea idiota), pero sirvió para descansar algo y lavar la ropa. La pocilga en que nos quedamos está cerca de las Estaciones de Kings Cross y Saint Pancras (de donde sale el Eurostar a Paris). La pocilga se ve bien, aunque es de esas donde hay bastante carrete. Se supone que no se puede fumar (solo se puede afuera en la calle) ni tomar (claro que hay un bar adentro y solo de ese lugar puedes tomar), pero en la pieza que nos tocó (que es de 10 camas) esta lleno de botellas y olor a copete. En la noche cuando estábamos durmiendo, llegaron uno de los vecinos, bastante tomados, los que además del ruido y prender la luz, no se les ocurrió nada mejor que comenzar a fumar en la pieza, pero no tabaco, sino que su pitito. Últimos de desubicados, claramente al día siguiente pedimos cambio de pieza y la que nos tocó después estuvo muy bien.
Al día siguiente fuimos a intentar comprar entradas para ir a ver algo a los Juegos Olímpicos. El tema es que por internet no podemos comprar, ya que solo esta habilitado para gente de UK y de la Comunidad Europea. Nosotros teníamos que comprar las entradas a través de una agencia que estaba en un hotel. Al llegar al lugar, había una pequeña cola de gente esperando para ver que podía pillar. Nos pusimos a ver que había disponible para los días que íbamos a estar y no encontramos nada (que no fuesen estradas de 100 lucas por persona). Uno de los tipos nos dice que igual podemos ir al Parque Olímpico y que las entradas se compran allá mismo (como 16 lucas por cabeza, pero es lo que hay). Quedamos algo decepcionado por no poder ir a ver alguna competencia (y sumado a todo lo que nos había pasado los últimos días). Pasamos por el famoso Puente de Londres, que era antiguamente el único puente de la ciudad y era en este lugar donde colocaban las cabezas de los traidores, dentro de los famosos están William Wallace o Santo Tomás Moro. Eso si con confundir con el Puente de la Torre, el cual se ve desde éste. Luego de eso fuimos a Hyde Park Corner donde tomamos uno de estos tour gratis que recorren los principales atractivos de la ciudad. El tour era en español (una niña de España que al principio no le teníamos mucha fe, pero que resultó siendo bastante entretenida). En el tour pasamos por varios lugares típicos de la ciudad como el Palacio de Buckingham, Hyde Park, la plaza Trafalgar, Downing Street N°10 (donde vive el primer ministro), la torre del reloj (el Big Ben es sólo la campana), la Abadía de Westminster, entre otras cosas. El clima esta bien malo (como es costumbre acá), hace frio y llueve bastante, aunque intermitentemente (se supone que estamos en verano). También, contrario a lo que esperábamos, no vemos tanta gente en las calles y aun no encontramos que haya mucho ambiente festivo por el tema de los JJOO (están recién comenzando). Lo choro es que muchas calles están adornadas y en varias partes hay monos que son las mascotas de los juegos.
Luego de almorzar, fuimos al London Eye que es esa rueda grande que uno sube para tener una buena vista de la ciudad. Posteriormente pasamos a Piccadilly Circus donde paseamos por las calles con los teatros y nos encontramos con una tienda de la verdaderas M “maravillosas” (nada que ver con la M de Ronaldo). Finalmente pasamos por la Estación de trenes de Kings Cross y vimos el famoso andén 9 ¾ (para el que no sabe es el que se tomaba Harry Potter y sus amigotes para ir a la escuela).
A la mañana siguiente fuimos a la Torre de Londres donde conocimos a los Beefeater (los mismos que salen en el Gin) que son los cuidadores de la torre y ellos hacen el tour por ella. En la torre era donde vivían los primeros reyes, además fue la cárcel durante muchos años y en este lugar murió gente como Ana Bolena (segunda esposa de Enrique VIII). Claramente aquí hay una muestra bastante completa de cosas antiguas, como armaduras, armas, maquinas de tortura y también están las joyas de la corona (este lugar lo cuidan los guardias como los de Buckingham). Este lugar es muy interesante y bonito, sin lugar a dudas que es uno de los imperdibles. Para ir conviene comprar la entrada por internet, porque es más barato.
Luego de la visita a la torre, caminamos un poco por el borde del rio Támesis y nos encontramos con uno de nuestros representantes en los JJOO. Era el tipo de la lucha grecorromana (era muy simpático, pero no le fue muy bien, parece que no le dimos mucha suerte). También pasamos por el famoso Puente de la Torre (que por ser los JJOO tenia los anillos colgando), luego pasamos por unos parques, bordeamos el rio por el otro lado y pasamos por donde Shakespeare estrenó sus obras (el Shakespeare’s Globe). Cruzamos nuevamente el río por el puente Millennium y vimos la Catedral de San Pablo (donde se casó Lady Di con Carlos). Para finalizar el día, primero pasamos por Nothing Hill (nada especial, la Paula quería pasar por allí por la película) y fuimos a Hyde Park, donde hay pantallas gigantes para ver los juegos. El lugar igual estaba choro, había muchas pantallas, gente de distinto lados, música en vivo, cosas para comer y tomar. Eso si no encontramos que hubiese tanta gente (con suerte 3.000), además considerando que en ese momento, por ejemplo, estaba jugando el Team GB (así le decían al equipo de Gran Bretaña) contra Uruguay y que además habían competencias de natación donde sacaron un par de medallas. Como les decíamos antes, parece que tuvimos mala suerte con los días elegidos, ya que más adelante en el viaje vimos que en el mismo lugar habían más de 80.000 personas vacilando.
A la mañana siguiente fuimos al museo de Madame Tussauds (por fin fuimos, ya que habíamos visto varios en muchos lugares, pero éste es el original). Aquí nos encontramos con muchos famosos, actores, cantantes, políticos, la realeza, deportistas e incluso superhéroes.
Luego de esto pasamos a ver la catedral del futbol, el estadio de Wembley (claro que por fuera, porque estaba siendo usado para los JJOO). Posteriormente atravesamos hacia el otro lado de la ciudad para ir a ver el Parque Olímpico y al llegar nos encontramos con que no venden entradas y que por lo tanto no podemos entrar. Preguntamos como comprarlas y nos dicen que por Internet (no podemos porque como les dijimos no somos de UK ni la comunidad europea), después que volvamos a la agencia o que hablemos con nuestro Comité Olímpico (reguleque la organización). Que rabia nos dio, porque durante todos estos días hemos visto como todas las cosas están vacías, no hay gente en las competencias y si uno pregunta por entradas, resulta que no las hay o te pelotean de un lado a otro. Claramente esto fue una gran decepción en nuestro paso por esta ciudad. Así que solo nos pudimos tomar unas fotos desde un puente y sería. Después de eso fuimos al Museo Británico a ver todas las cosas que estos tipos han recolectado (por no decir robado) durante años de diversos lugares del mundo. Aquí están cosas como la piedra roseta, las estatuas del Partenón de Grecia, momias de Egipto e incluso hay un moai. Bien interesante todo lo que hay y no ir es de flojo no más, ya que en Londres los museos públicos son totalmente gratis (eso es dar acceso a la cultura).
Al otro día teníamos nuestro tren a Paris, pero antes en la mañana fuimos a ver el cambio de guardia del Palacio de Buckingham, con toda la parafernalia que tiene con banda, los tipos marchando y todo eso. Aquí por primera vez vimos mucha gente en Londres. El tema del cambio igual es choro, aunque finalmente es sólo un show.
Para irnos a Paris nos tomamos el famoso Eurostar, que es el tren que cruza por debajo del Canal de la Mancha. Del viaje no podemos hablar mucho, porque para variar nos quedamos totalmente dormidos y solo despertamos al llegar a Paris. Llegar acá era nuevamente estar en un país donde no entiendes nada, además que aquí los tipos no se esfuerzan mucho con el ingles, siendo mejor hablarles en español y nuevamente nos encontramos con que el tema de los estereotipos es acertado, ya que los tipos son bien pesados (no todos, pero abundan y en mayor cantidad que en otros lados). Nuestra pocilga estaba cerca del barrio de Saint Denis (que después nos enteramos que era bien flaite), pero en realidad no era una pocilga, sino que un estudio en un apart hotel. O sea en la pieza teníamos cocina y un comedor, además de internet, baño propio, metro casi en la puerta y a un precio menor que una pocilga con pieza compartida. En realidad estaba bien bueno el lugar y lo rico que al tener cocina, pudimos comer cosas como de casa.
Al día siguiente fuimos a hacer el tour gratis por la ciudad, pero como llegamos un poco tarde, tuvimos que hacer hora y aprovechamos de visitar la Catedral de Notre Dame. Es bien grande, tiene muchos virtaux, aunque es un poco oscura (no pudimos ver al jorobado, solo a las gárgolas). Después hicimos el tour donde pasamos por el barrio latino, el río Sena, el puente Nuevo, el Puente de los Enamorados (lleno de candados), el Louvre (sólo por fuera), el jardín de las Tullerias y los Campos Elíseos.
Una vez terminado el tour (el guía no era tan bueno, era un colombiano que hablaba demasiado rápido) fuimos al arco de triunfo, donde vimos una ceremonia de los veteranos de guerra (eran tan viejos que yo creo que alguno peleó con Napoleón). Después fuimos a la torre Eiffel (no vamos a poder subirla, ya que hay un solo ascensor funcionando y las colas para subir llegan a las 4 horas) y nos sacamos muchas fotos.
Al otro día fuimos a Versalles, en las afueras de Paris, para conocer el maravilloso palacio que mandó a construir Luis XIV. El palacio y sus habitaciones son muy lindas, lleno de cosas muy bonitas, esculturas, pinturas, muebles. Lo único malo es que hacen unas intervenciones artísticas (exposiciones de algunos artistas) en la mitad que cagan (a nuestro juicio) lo bonito del lugar. Eso si lo más lindo de todo, para nosotros, son los jardines, llenos de flores, plantas de diversos tipos, fuentes de agua, lagunas, en fin, algo demasiado lindo. Es tan espectacular que llega a ser una falta de respeto para el resto de la gente que en la época que fue construido vivía en condiciones miserables (con razón tiempo después la emprendieron contra la monarquía). Lo único feo fue el tiempo que nos tocó, ya que se puso a llover muy fuerte, con viento y frío (cuando salimos de la pocilga, el día estaba bonito, aunque nunca no nos tocó mucho calor aquí, parece que trajimos el clima de Londres).
En la noche fuimos a ver nuevamente la torre Eiffel, pero esta vez con luces y además vimos como a medianoche hace un juego de luces. Muy bonito, aunque teníamos que volvernos luego para no quedarnos sin metro. A todo esto el metro de Paris es bien grande, es del año 1900 y en algunas partes algo enredado, sobre todo en las combinaciones con las líneas de trenes urbanos. Además que es un poco hediondo (especialmente la gente), pero no tanto como creíamos que iba a ser (yo creo que como los días estuvieron feos la gente transpiró menos y eso se agradeció).
Al otro día nos costó un poco salir (mucho sueño) y partimos al museo de Louvre donde hay muchas cosas lindas, no solo hay pinturas, también esculturas y reliquias de diversas culturas (nuevamente varias recolectadas de forma poco amistosa). Claramente lo más conocido es la famosa Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, pero hay muchas cosas más. El museo es muy grande y es imposible recorrerlo entero (dedicándole breves segundos a cada obra) en un día. Por esto que uno lo recorre con un mapa donde se marcan las cosas más relevantes, así uno lo hacía más rápido, aunque fijándonos en algunos cuadros que no estaban en el recorrido nos encontramos con varios Botticelli, Rembrandt, Renoir, etc. que no estaban marcados. Es que de verdad que hay muchas cosas.
Después del Louvre fuimos a Montmartre que es un barrio muy bonito, lleno de tiendas y restaurantes, aquí (tal como lo dice su nombre) hay un cerro donde se encuentra la Basílica del Sagrado Corazón, la cual es muy linda y uno puede subir a la cúpula, teniendo unas inmejorables vistas de todo París, donde se puede apreciar lo hermosa de la ciudad, porque sin dudas que esta es una de las ciudades más lindas y que conserva muy bien su estilo (en el centro no existen edificios altos, solo 1 y la torre Eiffel). En la zona donde estábamos también se encuentran las casas de burlesque y cabarets como el famosísimo Moulin Rouge. A la vuelta a la pocilga, comimos una rica comida con quesos, jamones y pate francés (sólo nos faltó el vino).
A la mañana siguiente hicimos el check out y salimos a recorrer un poco más por el barrio latino, el río Sena y entramos a la iglesia de la Santa Capilla que es donde antiguamente se guardaban unas reliquias santas como la corona de Jesús (hoy en día están en Notre Dame). Esta iglesia se caracteriza por tener un estilo gótico más desarrollado que Notre Dame, teniendo muchísimos detalles, unos vitrales gigantes y es muy luminosa. De verdad que es lindísima. Eso si ésta se encuentra dentro del palacio de tribunales, por lo que hay que pasar por medidas de seguridad (hacen lenta la entrada) y hay que pagar. Luego de eso volvimos a la pocilga, tomamos nuestras cosas y nos fuimos al aeropuerto, que no era ninguno de los dos típicos (Charles de Gaulle u Orly), sino que otro que estaba a 1 ½ de la ciudad. La parte del camino que no dormimos vimos que era muy lindo todo. En general Francia es muy lindo, pero tal como dijimos en un comienzo, los franceses no tanto (claramente también nos tocó gente muy amorosa, pero en general el trato es más malo que en otros lados).
Lo que sigue en el viaje es el paso por España, donde visitamos las ciudades de Barcelona y Madrid. Para finalizar el capítulo podemos decir que a pesar de los problemas tenidos, nos gustó mucho tanto Londres como Paris, ciudades muy lindas, llenas de cosas para hacer y conocer, donde claramente quedó mucho pendiente. Estas ciudades son el fiel reflejo de la importancia que tuvieron (y que aun tienen) como grandes capitales del mundo.
Cosas Raras: En Londres dentro de las cosas que hicieron para adornar la ciudad se les ocurrió la idea de ponerle sombrero a las estatuas… En un calle de Londres el botón para cambiar el semáforo no solo esta pensado en los peatones, si no que también para aquellos que montan a caballo… Cuando estábamos en el tour gratis, de repente de la nada apareció un tipo vestido de karateka intentando asustarnos (parece que era como una cámara escondida), pero lo triste es que nadie se asustó ni lo pescó... Caminando por el puente de Westminster, vimos a unas tipas vestidas con kimono (debimos haber andado de huasos). Claro que después cachamos el por qué, había una exposición sobre Japón… En Paris el metro lo inauguraron en el año 1900 y las entradas de las primeras estaciones tenían un diseño muy especial. Para la conmemoración de los 100 años del metro hicieron otras, hay gente que les gusta y otras que no… En esa intervención “artística” que vimos en Versalles, había una cosa que ya se pasaba y acaparaba todo el lugar donde estaba. Era un “lindo” helicóptero de plumas rosadas… Finalmente tenemos al tipo que domina la pelota en Montmartre, la gracia es que el tipo lo hacia también arriba de un poste.
¡Hágalo Por Favor, No sea Idiota!: Cuando íbamos en el bus desde el aeropuerto de Londres a la ciudad, me puse a hacer las cuentas y después dormí un rato. Al momento de bajar, salí apurado, tomamos las maletas y nos fuimos al metro. Luego de cachar como nos teníamos que ir y donde comprar los boletos, al momento de ir a pagar no encuentro mi billetera. La buscó por todos lados y no la encuentro. La última vez que la había visto era en el bus… si la perdí y lo peor de todo es que al bajar del bus me devolví a revisar debajo del asiento pero no sobre él (que fue donde se debió haber quedado, también esta la posibilidad que se me haya caído al bajarme o que me hayan cartereado, pero lo más probable es que se me quedó arriba del asiento). El problema es que en la billetera tenia toda la plata que recién había sacado, por lo que ya no podía sacar más plata en el día y no se porque la tarjeta de crédito no funcionaba en el cajero. Las tarjetas de repuesto (de otros bancos) habían vencido recién y las de la Paula se las habían robado en Praga. Solo teníamos 20 dólares, así que ese día solo teníamos para irnos a la pocilga y comer algo. Por suerte con lo que nos había pasado en Praga, no tenía documentos ni las tarjetas en la billetera, solo estaba la plata. Igual intentamos contactarnos con el bus (según el tipo que buscaron, pero que no la encontraron… obvio que no va a aparecer una billetera llena de plata). Así que la nube negra estaba sobre nosotros, en esa semana nos había pasado todo lo malo que no nos había pasado en todo el viaje. Bueno finalmente era solo plata, pero igual nos dio lata. Así que si sacan plata no la pongan toda junta (por lo general no hacíamos esto), además si van a revisar algo, háganlo bien…
No hay comentarios:
Publicar un comentario