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miércoles, 27 de junio de 2012

Emiratos Árabes Unidos: Dubai y una pasada por Abu Dhabi y Sharjah


El nuevo destino en nuestra aventura por el mundo era Emiratos Árabes Unidos, específicamente el emirato de Dubái. Como introducción, este país es más o menos nuevo (año 1971)  y está compuesto por los emiratos de Abu Dhabi, Ajmán, Dubái, Fuyaira, Sharjah, Ras Al-Khaimah  y Umm al-Qaywayn. Siendo el primero de ellos el más grande, la capital y el más rico (petróleo). Bueno, nosotros íbamos a ir a Dubái, el segundo emirato en importancia y aunque muchos les parezca extraño, casi no le queda petróleo, sino que su economía se basa en los servicios y el turismo (para la última crisis, se fueron muchos a quiebra y tuvo que venir Abu Dhabi con sus petrodólares a salvar la situación).

Para ir de Bangkok a Dubái, volamos en Emirates, que es la línea aérea de Dubái y una de las más bacanes. Muy buen servicio, comida con menú (la comida era rica), toallas húmedas, mucho trago y cosas para comer, además de que los asientos igual eran espaciosos par ser clase económica… nada que ver con lo que veníamos usando antes. Si bien era más caro volar con esta línea aérea, ellos se encargaban de tramitar la visa (es bien cacho sacarla por tu cuenta y más caro también) y como les dijimos, era un agrado pasar las 6 horas de vuelo así (dentro de lo que se puede en un vuelo). Al llegar, vimos que el aeropuerto es bien grande y para entrar al país los tramites son bien lentos (los tipos son medios flojitos, mucha conversa y saludos entre ellos… si en un aeropuerto se demoran como 1 minuto por persona, acá eran 3), además  se cayó el sistema dos veces, lo que significo que nos demorásemos como 2 horas en hacer los trámites.

En Dubái nos olvidamos por un momento de las pocilgas y tuvimos la oportunidad de disfrutar de el calor de hogar (no más ducha con chalas y mojando todo el piso del baño), ya que allí fuimos recibidos en la casa por la Camina, Raimundo y su hijo Lucas (amigos del hermano de mi mamá… gracias tío por el contacto). Ellos llevan un tiempo viviendo en acá (Raimundo es economista y trabaja en Dubái) y tienen un linda casa. Ellos nos recibieron súper bien, muy amorosos y realmente nos sentimos como en casa.

El primer día en Dubái, luego de llegar a la casa (en el camino no vimos casi nada de desierto, sino que por el contrario jardines y grandes edificios, incluido el Burj Khalifa, el edifico más alto del mundo) acompañamos a la Camila y a Carlos (otro chileno que es piloto y también amigo de mi tío) al barrio de Satwa donde hay muchas tienditas chicas y joyerías. Luego de vuelta y un rato en la piscina del condominio. Lo divertido es que acá como hace tanto calor (por esta época del año sobrepasa los 40°) el agua de la llave sale caliente y hay que tener enfriadores de agua y la piscina tenia uno gigante para mantenerla a una temperatura agradable. En la noche comimos (por fin comida de casa, pucha que se echan de menos cosas así), conocimos a Raimundo y nos quedamos conversando para después ir a dormir.


A la mañana siguiente fuimos a dar una vuelta por la Isla Palmera de Jumeirah (andando por ella cuesta darse cuenta de la forma que tiene, salvo porque en algunas partes se ven unas casas con salida al agua), allí visitamos el Hotel Atlantis que tiene un acuario muy lindo y algunas de las piezas tienen sus ventanas hacia él. La palmera esta llena de edificios y hoteles y aún hay mucho en construcción, además vimos el Burj Al Arab (el hotel de 7 estrellas con forma de vela). Luego fuimos a visitar el Mall of the Emirates, este mall es bien grande y bonito, aquí vimos a muchas de las mujeres vestidas con abayas (de negro y con la cara cubierta) y algunos hombres con kandura (traje típico de los árabes), pero lo que destaca es que es aquí es donde se encuentra la pista de esquí. Es increíble ver que hayan construido algo así en medio del desierto. Para mantener la nieve, la temperatura al interior de la pista es de -3°, como meterse en el freezer. También pasamos a un outlet, donde pude comprar unas zapatillas nuevas o como dirían el la teleserie (en los días de lluvia en Tailandia nos pusimos a ver Pobre Rico de TVN) unas “catimbas calilas”. En la tarde no hicimos mucho porque yo no me sentía muy bien (esto fue hace muchos días, así que no me digan que me mejore, porque ya lo hice). En la Noche comimos sushi y pizzas y vimos la Eurocopa. Ese día también vimos una tormenta de arena y para los que vieron la ultima película de Misión Imposible, la cosa es más falsa que el Tom Cruise de Bangkok (ver foto en el capitulo anterior).

 
Para el día siguiente tomamos un bus que recorre los principales atractivos de la ciudad y te puedes subir y bajar las veces que quieras. Además del recorrido en el bus (que tenía AC, algo indispensable con el calor que hace acá), estaba incluido un paseo en bote por el Creek (algo así como un río) y visitamos el museo de Dubái, el cual se encuentra en un antiguo fuerte (la historia de Dubái no es muy antigua, así que no tenia mucho que contar, salvo mostrar como se vivía antes de que llegasen las lucas). El paseo fue bien bonito, pudimos ver gran parte de la ciudad y claramente lo que llama la atención es lo verde que es considerando donde se encuentra, lo que demuestra que con plata se pueden hacer muchas cosas. En la noche nos invitaron a comer en el Souk Madinat Jumeirah, junto al Marina Jumeirah… comimos muy rico y el lugar era muy choro, ya que había un mercado (recreando el estilo antiguo de los países árabes y además unas lindas vistas incluyendo el Burj Al Arab de noche). A la vuelta más Eurocopa y a dormir.

Al día siguiente partimos en la mañana con la Camila y Lucas a Wild Wadi Water Park, que es un parque acuático donde disfrutamos gran parte de la mañana y la tarde pasando así las horas de calor. Aquí lo que más llamó la atención es ver a algunas mujeres tapadas (con suerte mojaban los pies) o con trajes de baño muy cubiertos en el parque, mientras que los hombres andaban tranquilamente en traje de baño mirando a todas las turistas que andan con trajes de baño normales (no a los ojos precisamente y con unas caras de degenerados que te encargo). Bueno después de ver a los tipos así, uno entiende porque tapan a sus mujeres (en realidad lo encontramos bien retrogrado, pero cada uno con su tema y respeto a las creencias de cada uno, aunque uno no comparta lo que hacen). En la tarde noche fuimos a hace un tour por la ciudad en el bus nocturno (era como el del día anterior, pero esta vez era sin bajarse en el camino)  y te mostraban la ciudad iluminada. Ese día para ir a donde partía el bus, nos prestaron el auto y manejamos por Dubái (a la vuelta nos anduvimos perdiendo un poco y eso que andábamos con GPS, pero acá las calles las cambian y las arreglan a cada rato).

El día Domingo, que era feriado por la Ascensión de Mahoma (el fin de semana es Viernes y Sábado y se trabaja de Domingo a Jueves) fuimos junto a Raimundo y Lucas al emirato de Abu Dhabi (está como a 1 hora en auto) y visitamos la Gran Mezquita, que es maravillosa, muy linda, llena de detalles preciosos. Si este edificio tuviese más años (es sólo del 2007) seria una de las grandes maravillas. Esta mezquita además es la tercera más grande del mundo y su costo de construcción llegó a los 600 millones de dólares. Para entrar a la mezquita las mujeres deben ir tapadas y la Paula tuvo que ponerse una abaya (claro que sin la cara tapada) con los más de 40° que hacían a esa hora. A la vuelta la Camila nos esperaba a almorzar con un delicioso ceviche y pasó el camión de los helados (la Paula era la más contenta). En la tarde fuimos al Dubái Marina y pasamos a la playa Oasis, donde metimos los pies en las cálidas aguas del golfo pérsico (andábamos sin los trajes de baño, por eso no nos bañamos).  En la noche comimos pizza, su buena conversa y a dormir.

El día Lunes nos tenia reservado las grandes atracciones de Dubái, pero antes de eso en la mañana fuimos con la Camila y unas amigas de ella (una peruana y la otra boliviana… los tres países juntos como hermanos, como debería ser no más) al emirato de Sharjah que está al lado de Dubái donde visitamos un mercado (compramos una mini shisha para fumar) y paseamos por la costanera. Después de almuerzo fuimos al nuevamente al Mall of the Emirates, pero esta vez a comprar algo de ropa para poder entrar en la noche al Burj Al Arab. Eso si antes de eso teníamos reservados los tickets para subir al Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo con 828 metros de altura (no solo es el edificio más alto del mundo, si no que la estructura más alta que se mantiene parada por si sola del mundo). El edificio se encuentra en un complejo que incluye el Dubái Mall (el mall más grande del mundo). Para subir lo mejor es comprar la entrada con anticipación por internet, ya que comprarla en el mismo lugar para subir inmediatamente es muy caro. Si bien uno no sube al piso más alto del edificio (son suites privadísimas y muy caras), la altura en la que uno se encuentra es increíble 442 metros y el mirador es abierto sin techo, con vidrios con unas aberturas donde algunos tontitos podrían tirar cosas hacia abajo (está lleno de cámaras así que si lo llegas a hacer no la vas a sacar gratis).  Luego de comer algo rápido en el mall, partimos al Burj Al Arab (hotel 7 estrellas en forma de vela, un ícono de la ciudad) donde teníamos reservado para ir a tomarnos algo al Skybar que se encuentra en la cruz a 200 metros de altura. Para entrar al bar hay que ir vestido con camisa, pantalón (puede ser con un jeans decente) y zapatos (nada de zapatillas ni chalas) y las mujeres arregladas. Además hay un consumo mínimo de 225 dinares de Emiratos Árabes por persona (como 30 lucas chilenas), por lo que te podías pedir casi cualquier cosa y te ponían unas cosas para picar. La Paula se tomó unos jugos de no sé que cosa y yo primero una cerveza y después unos whiskys (sólo un Etiqueta Azul y después baje de pelo a un Chivas de 18 años). El lugar es bien bonito y la vista es espectacular. Era un lujo que había que darse, además que celebrabamos los 8 meses desde que salimos de Chile (a pasado muy rápido).













Al día siguiente, el ultimo en Dubái, salimos temprano en la mañana y Raimundo nos dejó en el centro. Visitamos los souks (mercados) más famosos, primero el de las especies, donde nos tomamos unos helados de dátil (los dátiles son muy ricos, sobre todo con chocolate y rellenos con almendras… una forma de asesinar a un diabético) y de leche de camello (ambos ricos, los probamos antes, así como el de azafrán que no nos gustó). Luego el del oro donde vimos el anillo más grande del mundo, aunque ni de cinturón sirve. Posteriormente pasamos a la casa de la herencia que mostraba algo parecido a lo del museo de Dubái que habíamos visto el día que tomamos el bus. Luego cruzamos al otro lado del Creek y fuimos al museo del camello (entramos por error, creíamos que era lo que vimos después) y la casa del Sheikh Saeed Al Maktoum, que es otro museo con fotografías antiguas y documentos de la historia del Emirato, que como les contamos no es muy extensa. Finalmente fuimos en metro al Dubái Mall a ver un show de agua y música en unas piletas que hay afuera, además de eso disfrutamos de la vista del Burj Khalifa desde abajo y vimos en el acuario (que está dentro del mall) el panel acrílico más grande del mundo. A la vuelta a la casa pasamos a comprar nuestros trajes típicos (una abaya para la Paula y una Kandura para mí). Comimos por última vez con nuestra familia de Dubái, conversa, un poco de Eurocopa y a dormir.












Al día siguiente nos levantamos temprano para armar las cosas y nos despedimos de Raimundo que se iba a trabajar. Ordenamos todo, vimos algunas cosas para lo que se venía y la Camila con Lucas nos fueron a dejar al aeropuerto. Comimos algo y nos subimos al avión con destino a Amman, capital de Jordania. El vuelo, que si bien tenia todas las facilidades del anterior, fue bien malo, porque nos tocó lleno de niños (los padres se van en primera y mandan a las nanas en económica con todos los cabros chicos) que llorabas o saltaban por todas partes y no sólo eso el tipo de al lado era un indio bastante ancho y con un olor a no haberse duchado hace un par de días. Por suerte la cosa no era tan larga (un poco menos de 3 horas) y el sufrimiento terminó pronto.


Bueno lo que viene a continuación como se imaginaran es parte del próximo capítulo del blog. No se olviden de comentar, ya sea en chat, Facebook o abajo, así nosotros podemos saber algo de ustedes. También, si se han dado cuenta, hace un tiempo aparece publicidad en el blog, pínchenla para que ganemos algo de plata… jejeje. Finalmente agradecer nueva y públicamente a nuestros anfitriones en Dubái, por recibirnos tan bien.

Cosas Raras: Acá los locales, que curiosamente son menos que los extranjeros, son muy ostentosos, les gusta mucho gastar, los autos caros y las joyas, pero tener una maquina que haga pequeños lingotes de oro es como mucho. Como les habíamos contado el calor es bastante (y eso que en Julio y Agosto es peor), por eso los paraderos de micro son cerrados y con AC. Otra cosa que nos llamó la atención es que los tipos son bien sucios y ni los lugares sagrados se salvan, como este papel botado en la Gran Mezquita.

¡Hágalo Por Favor, No Sea Idiota!: Cuando estábamos en el souk del oro, teníamos sed e íbamos a comprar agua en una maquina, de pronto aparece un tipo con una bandeja con botellas de agua y le compramos a él. El tema es que en la maquina valían la mitad y estábamos parados al lado de ella. Así que si un tipo viene a ofrecerles algo que también tienen al lado suyo, por lo menos comparen el precio para ver que no se los caguen. Pero sin duda lo más tonto que hicimos fue que viendo las fotos, nunca nos sacamos una foto con la Camila, Raimundo y Lucas juntos.


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