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sábado, 21 de julio de 2012

Turquía: Estambul - Grecia: Atenas


Llegamos a Europa, después de casi 9 meses viajando, hemos llegado al Viejo Continente. Eso si nuestro primer destino queda casi colgando de éste, ya que estamos hablando de Estambul (en Turquía, que no es la capital como se podría llegar a pensar), anteriormente conocida como Bizancio o Constantinopla. Sin duda que estamos hablando de una ciudad con mucha historia, habiendo sido la capital del Impero Romano de Oriente, del Imperio Bizantino y del Imperio Otomano. Una particularidad que tiene esta ciudad es que se encuentra en dos continentes, ya que una parte está en Europa y cruzando el estrecho del Bósforo (en ferry o usando alguno de los largos puentes) en Asia.

El vuelo fue agradable (EgyptAir) y llegamos sin problemas. Turquía no es parte del tratado Schengen (para pasar por Europa sin hacer trámites al ir de un país a otro), pero igual nosotros no necesitábamos visa, así que no tuvimos inconvenientes en el ingreso. Para ir a la pocilga nueva, tuvimos que tomar primero el metro, después un largo recorrido en tranvía, para finalmente caminar cerro arriba (benditos carros que nos han acompañado desde Hong Kong). La pocilga es piola y estamos en un dormitorio de 6 camas (las otras 4 estaban ocupadas por unos alemanes que por suerte no eran hediondos ni ruidosos). Dejamos las cosas y ya oscuro (acá anochece bien tarde, ya que es verano) salimos a recorrer por el barrio que es muy choro (estábamos cerca de la torre Gálata), hay una calle que esta llena de luces, mucha gente paseando, shows callejeros y muchas cosas para comer. Después de pasear por la calle competa, comimos algo y la Paula, casi por primera vez en el viaje comió algo local (como corresponde, sin pedir cosas especiales) esto era un kebab de pollo (como un taco de pollo, la gracia es que la carne, porque también hay de carne, está como en forma de una gran pierna y con un afilado cuchillo la van cortando… es casi lo mismo que un shawarma como los que venden en Patronato). Luego de eso vuelta a la pocilga y a dormir.




A la mañana siguiente, luego del desayuno (incluido en la pocilga), comenzamos a recorrer las atracciones de la ciudad. El primer lugar que fuimos fue al Palacio Topkapi. El cual era el palacio de los emperadores otomanos donde destacan la parte del harem (con hermosas piezas y decorados) y las colecciones de tesoros (pasando por cosas como la espada de David, el bastón de Moisés, barba y dientes de Mahoma o pedazos de la Kaaba de los musulmanes, hasta llegar a joyas como uno de los diamantes más grandes del mundo), además de eso los edificios y jardines, junto  la vista del Bósforo son maravillosos. Después del palacio, comimos algo, pasamos por un lindo parque para ir al Museo Arqueológico, donde destacaba la supuesta tumba de Alejandro Magno y un extracto del Código Hammurabi. Después de eso volvimos a la pocilga (ahora se habían ido los alemanes y estábamos solos en la pieza), descansamos un rato (con una rica cerveza local), hablamos con Chile (estaba de cumpleaños mi abuelo, 98 años) y salimos a comer.














Al otro día fuimos a ver una de las mayores atracciones de la ciudad que es la Santa Sofía, que fue construida como iglesia en el año 537, siendo la más grande de la época (y por casi 1000 años, tiene una enorme cúpula revolucionaria para ese momento) y contaba con muchos adornos como mosaicos de oro en los techos. Después de la invasión de los otomanos, la transformaron en Mezquita (tapando gran parte de los adornos con motivos cristianos) y finalmente quedo como una especie de museo abierto a todos. Además se pudo rescatar algo de los mosaicos originales que tenía la iglesia. La cosa es muy linda y no deja de ser impactante que estamos hablando de una construcción de casi 1500 años de antigüedad. Después pasamos a la Basílica de la Cisterna, que está bajo tierra y es donde se guardaba el agua de la ciudad en tiempos pasados. La cosa es muy grande y tiene muchas columnas, algunas con adornos como Medusas. Luego de almorzar pasamos a otra de las atracciones que es la Mezquita Azul, la cual es muy grande (tiene 6 minaretes, que son las torres) y por dentro es muy linda, lo único malo es que hay que entrar sin zapatos y había algo de olor a pata. Después recorrimos por el hipódromo (es en la calle afuera de la mezquita) donde están unas columnas conmemorativas de emperadores romanos y fuimos al Gran Bazar. Muy bonito, con muchas cosas, aunque no era barato (para los turistas), siendo más entretenido las calles de alrededor. Volvimos a la pocilga y llego un tipo de “Bablestein”… perdón, Palestina (es que los tipos no saben pronunciar la “p” y no se les entiende nada…). El tipo era muy hediondo, por suerte llegó a bañarse, claro que su ropa estaba impregnada a ala (no a Alá precisamente). Esa noche salimos a comer a un restaurante rico y la comida estuvo muy buena. Además nos tocó que había una especie de festival con escenarios con música en distintas calles del barrio.






















En nuestra última mañana en Estambul fuimos a dan un paseo en barco por el Bósforo, que es el estrecho que separa Europa de Asia, uniendo el Mar Muerto con el Mar Mármara. La vista del recorrido es muy linda, se ven palacios antiguos, mezquitas, iglesias, lindas casas, los grandes puentes e incluso un fuerte. A la vuelta comimos algo (un exquisito sándwich de pescado a la parrilla, la Paula comió otra cosa) y nos tomamos un ferry para ir por última vez en nuestro viaje a Asia. Allí nos quedamos un rato echados en una plaza y volvimos a Europa para ir a buscar las cosas a la pocilga y enfilar rumbo al aeropuerto. Así fue nuestro paso por Estambul y Turquía. En resumen, la ciudad es muy linda y entretenida, hay mucho para hacer, comida muy rica y no es nada de cara. Además en el resto del país también hay muchas cosas lindas que vamos tener que venir a visitar con más tiempo en otra oportunidad.









Lo que siguió en nuestro viaje fue el paso por Atenas, capital de Grecia y una de las ciudades más poderosas y ricas culturalmente de la Antigüedad. Acá es donde nace la democracia, donde se desarrollan grandes avances científicos, es la tierra de los grandes filósofos y por supuesto, lo más importante, es donde Fernando Solabarrieta lloró porque Nico Massú ganó la medalla de oro en los JJ.OO. del 2004… A Atenas llegamos bien tarde, nuevamente no tuvimos ningún problema para entrar (Grecia si es parte del Schangen, así que por varios días no vamos a tener que hacer trámites de inmigración) y partimos a la pocilga (alcanzamos a tomarnos el último metro). Claramente llegamos a dormir (nos dieron una pieza un poco mejor y además solos).

Después de habernos acostado tarde y cansados, nos costó salir en la mañana. El primer lugar que fuimos fue a la Acrópolis, lugar donde se encuentran los templos más conocidos de Atenas como en Partenón. Después pasamos al Ágora Antigua, donde se encuentran más templos y ruinas de la Grecia milenaria. Es increíble estar en estos lugares, que tantas veces estudiamos en principalmente en el colegio. Estar donde se desarrolló una cultura que dejó legados perpetuos para la humanidad. Eso si aquí nos topamos con la sorpresa de que en pleno verano (se oscurece como a las 9 de la noche), los tipos cierran todas las atracciones (ruinas antiguas) tipo 3 de la tarde. Con razón la crisis en este país… al parecer no son muy buenos para trabajar…


















No nos quedó otra que dar algunas vueltas por las calles viendo tiendas, almorzamos algo, intentamos ir a otros templos, pero que también estaban cerrados y finalmente optamos por devolvernos a la pocilga ya que queríamos contactarnos con Chile para conocer al primer sobrino. Luego de todo eso, comer, cerveza local y dormir.

Al día siguiente nos levantamos bien temprano y fuimos hasta el puerto para tomarnos un ferry (un “delfín volador”, así se llamaban los botes, que eran bien rápidos) a la isla de Aegina o Egina en el golfo Sarónico (hasta último momento estuvimos viendo si nos tomábamos un paseo por 3 islas o íbamos por nuestra cuenta a solo una y la aprovechábamos al máximo… igual a la que fuimos fue la segunda opción, porque Hydra, a la que queríamos ir ya no quedaban pasajes). Llegamos a la isla y nos tomamos una micro que nos dejo en las ruinas del templo de Aphaia (muy antiguo y bonito). Luego bajamos hasta la playa de Agia Marina. En la playa hay muchas sillas y quitasoles (hay que pagarlos) bien cómodos ya que había mucho sol y la arena estaba hirviendo. El agua del mar es muy rica, ya que es helada y sumamente transparente. La playa además no tiene olas y es baja (uno se metía bien adentro para que te tape). Al final era como estar en una playa de lago, pero salado. A los que se preguntan si vimos algún topless… si… unas viejas muy feas que mejor no haberlas visto nunca jamás. El día de playa estuvo muy rico, aprovechamos de descansar. Para volver, nos tomamos nuevamente el bus y tuvimos que hacer hora en Aegina Town, que es donde sale el ferry. En ese rato aprovechamos de visitar una iglesia, pasear por las calles y comprar en el supermercado algo para comer en la noche. Vuelta a Ateneas y a la pocilga a comer (unos ricos tallarines con salsa) y dormir.











En nuestro último día en Grecia, que a todo esto era nuestro aniversario (3 años de casados y que mejor celebración que estar viajando juntos compartiendo todas estas aventuras), fuimos a visitar en la mañana el templo de Zeus, el Estadio Panatinaicos (construido en S.IV A.C. y donde fueron los primeros JJ.OO modernos en 1896), los jardines nacionales, el parlamento (con sus particulares guardias al estilo ingles, de esos que no se mueven) y finalmente el Museo Arqueológico Nacional con una extensa muestra de cosas de la Antigüedad en Grecia. Después de esto, fuimos a almorzar (era 3 vez que íbamos al mismo restaurante, bien rico) y a buscar las cosas a la pocilga para irnos al aeropuerto en metro.














Así concluye nuestro paso por Atenas, capital de Grecia. Habíamos escuchado mucho de que las cosas no estaban muy bien por esto lados y que habían muchos problemas, pero al parecer un poco antes de nuestra llegada la cosa ha comenzado a mejorar ya que no vimos nada extraño. Grecia es un país muy interesante, claro que Atenas es sólo para un rato, quedan pendientes las islas y visitar otras zonas históricas. Acá las cosas se comenzaron a hacer un poco más caras (algo que va a comenzar a notarse aún más en lo que se viene), pero aún así no es un país caro. En general, salvo uno que otro vejo loco, la gente es muy agradable y la comida es rica. Bueno, el próximo destino que sigue es Roma y eso ya se viene en el próximo capítulo que es sobre Italia. Esperamos que les haya gustado y nos vemos pronto.



Cosas Raras: Primero tenemos a la novia turca musulmana, que es una mescla entre lo que vemos nosotros con lo de ellos… La Fanta deteñida... Para los que no les gusta el metro en Santiago y lo encuentran feo, en Grecia el metro está todo rayado… Otra cosa que vimos es que comúnmente, el guardián de la casa es el perro, pero en Aegina lo remplazaron por una cabra… en las señales raras tenemos esta que vimos en el metro de Atenas, fíjense en la primera de la izquierda (¿qué es: tomar, tirar botellas, etc.?)… Gente rara también hay como a los que les gusta jugar con las palomas (que asco!!! Ratones alados)… Finalmente tenemos a nuestro amigo que nos dio las instrucciones de como llegar cuando estábamos perdidos.





¡Hágalo Por Favor, No sea Idiota!: Cuando fuimos a comer en Estambul, nos trajeron los platos y el mio venía con unos pedazos de carne, papas y verduras. Entre medio, una cosa verde larga con cara de esparrago… lo corté por la mitad y la textura se notaba diferente, pero da lo mismo y me lo comí… después de pasar muchos meses comiendo en Asia, ya creía que estaba inmune, pero no fue así, algunos ajíes siguen picando muy fuerte, por suerte tenia una panera llena (el agua no sirve solo esparce lo picante), pero lo transpirado y llorado (me llegaron a salir lagrimas) no me lo quita nadie. Así que en países extraños, antes de comerse cualquier cosas que no estén seguros que sea, prueben un poco para saber de que se trata antes de comérselo todo.   

3 comentarios:

Estem de Vacances dijo...

Chicos! Bienvenidos a Europa!!! No se si os acordáis de nosotros, somos Txell y Xavi, nos encontramos en Chengdú!!!! Disfruten mucho de Europa, y ya saben, cuándo estén en Barcelona avisen. Nosotros ya estamos en Bolívia!!

Un fuerte abrazo y feliz viaje!

Txell y Xavi
www.estemdevacances.blogspot.com

Cristian dijo...

Hola, muy bueno el diario del viaje.
Te hago un par de preguntas para que me puedas dar una mano.

¿Como viajaron desde Estambul a Atenas? Si fuera via terrestre, me puedes dar unos tips, necesito hacer ese mismo recorrido pero al revés y lo quiero hacer via terrestre. (Si fue en avion omite la pregunta)

Y lo otro, recuerdas el hostal donde te quedaste o en que barrio era mas piola?

Gracias, ojala me puedas responder, seguire leyendo tuy blog, esta entretenido.

Pablo dijo...

Crisitian, el trayecto de Estambul a Atenas lo hicimos en avión.
En cuanto al hostal que nos quedamos se llamaba Sumo Cat Hostel, estaba cerca de la Torre Galata en un barrio muy entretenido con muchas cosas para hacer, sobre todo de noche.