Como saben, Egipto es un país que cuenta con una riquísima y ancestral cultura. Este era uno de los lugares que más esperábamos conocer, sobre todo por el cuento de los faraones, las pirámides, las momias y los jeroglíficos. Como habrán visto (o leído) en las noticias, en el último tiempo las cosas han estado un poco agitadas en este país, partiendo por la revolución que terminó con una dictadura que llevaba muchísimos años (me acuerdo que cuando estaba en el colegio, pero en básica, hice un trabajo de Egipto y el presidente que había en aquel entonces, casi 20 años atrás, era el mismo que derrocaron el año pasado), pasando por muchos cambios sociales (que aun no terminan) y llegando a tener por primera vez en la historia del país un presidente elegido de forma democrática (o eso al menos se supone). Nuestra llegada al país coincidió con la ascensión al poder de este nuevo presidente, el que además es el primer gobernante musulmán del país desde que es independiente (más del 80% de los habitantes son de esa religión).
Como les habíamos contado en el capítulo anterior, para ir a El Cairo (la capital) nos fuimos por tierra desde Israel, lo que significaba un largo recorrido atravesando toda la península del Sinaí (donde está el monte en el que Moisés recibió los 10 mandamientos). La salida de Israel fue sin ningún problema (si bien no cobran visa para entrar, al salir te pegan con un impuesto más caro que muchas de las visas que hemos sacado), uno tiene que cruzar la frontera a pie y al salir casi que te pegan un portazo (así como ya cruzaste la puerta, ahora ya no puedes arrepentirte). Al entrar a Egipto, nos estaban esperando para hacer los trámites y llevarnos en una van por más de 6 horas hasta El Cairo. Esta parte del camino la hicimos durmiendo (fue de noche y estábamos muy cansados) y ni nos dimos cuenta de todos los controles de seguridad que pasamos (íbamos con un chofer, un tipo de seguridad y una especie de guía, el cual tenía nuestros pasaportes para mostrarlos en cada parada y así no despertarnos a cada rato). Llegamos a El Cairo cerca de las 7 AM y a esa hora aun no abren nada, esperamos un rato y llegó nuestro guía que se llamaba Nasser, y para nuestra suerte, en el tour íbamos a estar solos y no solo eso, resulta que el tipo es Egiptólogo, trabaja en las mismísimas pirámides de Giza y hace de guía para juntar más lucas. Bueno, como era temprano, fuimos primero a un típico café egipcio (con pipas de agua, pero nosotros solo nos tomamos algo) y después (como aún no abrían el museo, el cual abre a las 9) fuimos a dar una vuelta en bote por el río Nilo. Este si que es un río de verdad, con harta agua, pero ya no tiene cocodrilos en esta zona. Las vistas de la ciudad y de algunos edificios son bien bonitas.
Una vez terminado el paseo en bote, fuimos al famoso Museo Egipcio de El Cairo, lugar donde se encuentran las reliquias de la tumba de Tutankamon (sale escrito de tantas formas distintas, que al final da lo mismo), momias, sarcófagos, antiquísimos escritos en papiros, entre otras cosas. La única lata es que no puedes sacar fotos y debes dejar la cámara en la entrada. Bueno, ver todas estas cosas en realidad que fue espectacular, sobre todo la máscara y los sarcófagos de oro de Tutankamon que sin duda son lo más bacán. De las momias, al final vimos una y sin pagar extra (la parte de las momias se paga adicional a la entrada), gracias a nuestro guía. El museo da para mucho rato y perderse en él, lo que si da pena es que algunas cosas podrían estar mejor exhibidas y que las cosas más bacanes se las hayan llevado (robado dirán algunos) los ingleses. Después del museo (por suerte fuimos apenas abrió, porque cuando nos fuimos llegaron unas hordas de tours) pasamos a una fábrica de papiros, donde vimos el proceso de como se hacían las hojas para escribir. Luego de eso vino lo más esperado del día, la visita a las Pirámides. Éstas están ubicadas en la ciudad de Giza, que es parte de lo que se puede llamar el Gran Cairo (es como si estuviesen en San Bernardo, incluso más cerca, ya que El Cairo es lo que está a un lado del Nilo y Giza lo que se encuentra al frente). Las pirámides son muy altas y ya desde el camino se pueden ver. Es un sueño estar en este lugar y estar en presencia de algo que uno siempre vio en la Tv, revistas y libros. En el recorrido por las pirámides estuvimos un buen rato y además pudimos entrar a una de ellas (nuevamente gracias a nuestro guía, fuimos a otra un poco más chica, pero estuvimos solos). Dentro de la pirámide, el camino es bien estrecho y para desgracia de Hollywood, no hay nada dentro, ni maldiciones, conjuros o trampas con afilados cuchillos. Acá también se encuentra la esfinge, que si bien la imaginábamos más grande, no deja de ser un espectáculo. Toda esta parte del tour estuvo muy buena, además que aprendimos varias cosas sobre esta cultura.
Después de almuerzo (bufet y comimos bastante), fuimos a una fabrica de esencias y quedamos muy olorosos probándolas. Luego de eso nos dejaron en la pocilga. El resto de la tarde descansamos y fuimos a dar una vuelta por el barrio, aprovechando de comer.
Al día siguiente nos costó un poco levantarnos, pero finalmente fuimos de paseo, primero a la ciudad antigua donde se encuentra el lugar donde José, María y Jesús se escondieron al huir de Judea (cuando mandaron a matar a todos las guaguas), vimos unas iglesias y el Museo Copto, con una muestra de cosas hechas por los coptos en la zona. Luego de eso (y del almuerzo) pasamos rápidamente a la Citadel, la cual ya estaban cerrando y alcanzamos a recorrer un poco las calles y entrar a una Mezquita (tuvimos que darles “propina” a unos policías que hacen guardia para entrar). Para finalizar nuestro día pasamos al famoso mercado de Khan Al-Khalili, el cual esta lleno de cosas, pero que es demasiado turístico y todos los tipos tratan de estafarte con los precios (por ejemplo nos querían vender unas tunas chicas a 1 dólar cada una, o por unos anteojos cuneta querían cobrar como 10 lucas… a todo esto sigue la maldición de los lentes de sol y de la nada se me rompieron). Lo otro que llama la atención es que muchos tipos hablan español y sin oírte hablar, te comienzan a decir cosas en nuestro idioma (parce que tenemos mucha cara de latinos, pero que si no era en español, nos hablaban en italiano). Luego volvimos a la pocilga.
A la mañana siguiente nos levantamos bien temprano porque a las 8 AM teníamos nuestro tren a Luxor, lugar donde se encuentran importantes templos antiguos y las tumbas de los faraones (como la de Tutankamon). El viaje en tren era súper largo, un poco más de 10 horas, pero el paisaje era muy lindo, ya que íbamos todo el camino siguiendo al Nilo. Es increíble ver como el río transforma en fértil un terreno tan árido, ya que lo único verde que se ve es unos pocos kilómetros al borde del río. El tren que nos fuimos era cómodo, los asientos se reclinaban bastante y tenía aire acondicionado (nos fuimos en primera clase). Eso si paraba mucho y en algunas partes se llenaba un poco de gente. Se supone que los trenes para turistas son solo los nocturnos y que uno no puede comprar los otros, claro que al hacerlo por internet, esta restricción no corre. Por esta razón es que en el tren éramos prácticamente los únicos extranjeros. Terminado el viaje, llegamos a Luxor y nos recibe un calor infernal, este es uno de los lugares más calurosos (junto con Dubái y el desierto en India) que nos ha tocado en el viaje. Llegamos a la pocilga, que es bien pocilga, aunque con pieza solos, baño privado, aire acondicionado (bien ruidoso) y Wi-Fi. En el resto de la tarde noche lo que hicimos fue ir a dar una vuelta por el Templo de Luxor (solo por fuera), vimos una feria, caminamos por las calles y a dormir. Además saque la tarjeta de profesores (si ahora soy profesor y tengo descuentos en todos lados… la Paula tenía la misma tarjeta y la había sacado en Chile).
Al día siguiente nos levantamos a las 3.45 AM (si a esa hora, que locos) porque nos pasaban a buscar a las 4.15 para ir a dar un paseo en globo y ver el amanecer sobre los templos, tumbas y el río Nilo. Pasear en globo es algo que la Paula venia queriendo hacer desde hace mucho tiempo y acá se nos dio una muy buena oportunidad, ya que las condiciones son muy buenas (clima y paisaje) además de que el precio no era elevado. El paseo fue muy choro, vimos como inflaban los globos con esas llamas enormes, nos subimos en nuestro canasto (el globo era para 20 personas y tiene en el canasto 5 compartimientos, en los 4 de los lados va gente y en el del medio el piloto con el gas). Contrario a lo que creíamos, no se sentía vértigo o mucha sensación de altura en el globo, creemos que esto se debe a que sube lento y no tan rápido como un ascensor o un avión (también creo que es porque ya hemos estado en muchas cosas altas). El paisaje que vimos es maravilloso y el vuelo no tuvo ningún inconveniente, incluso el aterrizaje fue bien suave. Sin duda una bonita experiencia.
Luego del paseo en globo volvimos a la pocilga, tomamos desayuno, descansamos un rato y salimos. Lo que venía era ir nuevamente (el paseo en globo fue por ese lado) al lado oeste del río (la gran parte de la ciudad esta al otro lado) para ver primero el valle de los reyes, lugar donde se encuentran las tumbas de los faraones, el templo de Hatshepsut (una reina) y los colosos de Memnon (unas estatuas bien grandes). Las tumbas de los faraones fueron increíbles, estas se encuentran todas juntas en los cerros cercanos. Son pasadizos grandes y largos llenos de jeroglíficos, con muchos colores y figuras diferentes. En difícil dimensionar lo que uno ve, no son los jeroglíficos de la Monga de Fantasilandia o de las películas, son los de verdad y están frente a ti, escrituras milenarias que aún se conservan en el tiempo. Claro que para mantenerlas, algunas se encuentran cubiertas con acrílicos evitando el contacto con la gente y la humedad producto principalmente de la misma transpiración de los turistas. Lo otro es que esta prohibido sacar fotos y te hacen entregar la cámara en la entrada (esto debe ser porque el flash debe dañarlos y además porque alguien debe tener los derechos sobre la reproducción del interior de las tumbas). Nosotros como andábamos con el IPad para leer los textos y documentos de las tumbas, aprovechamos de, furtivamente, sacar algunas fotos (que malos). Eso si la calidad de las fotos es bien penca (es con el IPad). En el lugar hay tumbas de muchos faraones, pero en la entrada, uno tiene que elegir solo tres y además las van rotando (no todas están abiertas, así ayudan a la conservación). También hay otras que se paga extra por entrar, como la de Tutankamon, pero que según nuestro guía de El Cairo, no valía la pena porque caso todas las cosas bacanes se las habían llevado y se exhibían en los museos como el que vimos en la capital de Egipto. En resumen las tumbas son un imperdible para los que quieran ver jeroglíficos y pinturas antiguas de Egipto. Luego de eso fuimos al tempo de Hatshepsut o como le llaman los gringos “Hot Chiken Soup” (sopa de pollo caliente). Este templo se encuentra a los pies de un cerro y cuentea con muchas columnas, algunas estatuas y algunos jeroglíficos (no tan impresionantes como los de las tumbas). Después pasamos a los colosos de Memnon que son una estatuas gigantes y volvimos al otro lado de río donde almorzamos.
Después partimos a ver los templos de Karnak, que son uno de los más grandes e importantes del antiguo Egipto. Uno de los lugares más bacanes del templo es uno que esta lleno de columnas de como 20 metros de alto simulando plantas de papiros, las que además tienen muchos jeroglíficos. También hay varios obeliscos muy lindos y estatuas. Este templo da para mucho rato recorriendo. Luego de eso, muy cansados, no solo por la levantada temprano, sino que también por el calor que hace, volvimos a la pocilga a dormir un rato.
En la noche fuimos al templo de Luxor y esta vez entramos, es muy bonito y sobre todo de noche. Hay una calle llena de esfinges (como la que esta en Giza, pero chicas) y muchos restos de jeroglíficos y también cosas posteriores, ya que este templo fue usado por cristianos y musulmanes. Incluso actualmente hay una mezquita en una parte. Este templo además es el que le da el nombre a la ciudad y viene porque en alguna época tuvo unos muros que lo transformaban en una fortaleza y el termino luxor viene de una palabra árabe parecida que significa eso. Después del templo y de pasar por la feria (la misma del día anterior), fuimos a comer una comida local. Bien rica, claro que el pan pita acá no es tan rico como en otros lados. Vuelta a la pocilga y a dormir.
Al otro día, levantada, desayuno (que esta incluido y es bien bueno) y fuimos a la estación de trenes para volver a El Cairo. El tren fue más menos parecido al anterior, así que no hay mucho que contar. Volvimos a la capital y ya era bien tarde, por lo que pasamos a comprar algo para comer y nos fuimos a la pocilga. Volvimos a la misma que estuvimos en la primera pasada, además porque habíamos dejado allí nuestras mochilas grandes (fue un agrado ir a Luxor sólo con las mochilas chicas). Al día siguiente tuvimos nuestro vuelo a Estambul, así que en la mañana no hicimos nada más que esperar a que llegase el taxi (llego muy tarde y tuvo que volar) al aeropuerto. Salimos sin problemas y así concluye la aventura egipcia.
Nos habían metido mucho cuco con la situación del país, de que era poco seguro, de que estaba la cagada, pero parece que tuvimos suerte porque no nos tocó nada. Es más fue bastante agradable, ya que no habían muchos turistas y pudimos disfrutar de muchas cosas no tan lleno de gente como lo es normalmente. Lo que si pasó es que nos recordó un poco a India, por las calles sucias (incluso vimos unas vacas sueltas en la calle en Luxor, la diferencia es que acá se la pueden comer), los autos algo antiguos, también hay rickshaws (esas motos-autos) y un transito infernal, pero igual se nota que hay menos gente. Como dijimos al comienzo, este país claramente es uno de los más importantes que hemos visitado en nuestro viaje y del que nos llevamos muy lindos recuerdos. Se supone que esta va a ser la única pasada por África en nuestro viaje y claramente no corresponde a lo que uno normalemte se le viene a la cabeza al escuchar dicho continente como elefantes, leones, jirafas y gente de color (para no decir negros y que alguien se ofenda). Bueno, sabemos que hemos estado bastante retrasados en los capítulos del blog, pero cada vez cuesta más y el tiempo se hace más escaso, por lo que para lo que viene trataremos de ser más breves y así poder estar más a día con los acontecimientos. El próximo capítulo va a ser sobre nuestro paso por Estambul (Turquía) y Atenas (Grecia), marcando el principio del tour europeo. No se olviden de escribirnos sus comentarios (para nosotros es importante) y nos vemos pronto, al menos en el blog.
Cosas Raras: Egipto, muchas de las casas se ven como si no estuviesen terminadas y muy feas por fuera. Resulta que esto pasa porque al no estar terminadas, no pagan los impuestos correspondientes, además que siempre siguen construyendo agrandado la casa cada hijo cuando forma su familia. Algo parecido vimos en Jordania. Siguiendo con el tema habitacional, en Luxor, hace tanto calor que en las noches buscan los lugares más frescos ara dormir y el lugar elegido es el techo, aprovechando así que en ese lugar llueve con suerte 2 veces al año... En la estación de trenes, las señales para ver los trenes son muy claras, el problema es que todo está en árabe, incluso los números… Del recuerdo viene este taxi antes de que el V16 se tomase las calles... Finalmente tenemos a Freddy Turbina, pero que aun no le saca las rueditas su moto.
“¡Hágalo Por Favor! No sea idiota”: En estos países siempre tratan de sacarte plata por todos lados, cobrándote por cualquier cosa, desde el tipo que te “ayuda” a encontrar el tren, hasta dar vueltos malos. Esto último fue lo que nos pasó varias veces, además de que los números de las monedas no son los mismos. Así que por favor, siempre revisen bien el vuelto.
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