Llegamos a Tailandia uno de los destinos turísticos más populares del mundo. Tailandia es un reino y la figura del rey es muy respetada y querida por todos los locales. Nosotros pasaremos dos veces por acá, la primera es por el norte (no playas) y Bangkok, la segunda, después de ir a India y China, volveríamos a las playas que se encuentran en el sur.
Como habíamos quedado del capitulo anterior, luego del terrible viaje en bus al finalizar Laos, llegamos a un pueblo que se llama Chiang Khong que se encuentra a la orilla del rio Mekong (frontera de Laos y Tailandia). En este pueblo tomamos otros bus (micro y bien penca, claro que esta vez sabíamos y pagamos por ella el precio que correspondía) por 2 horas y media que nos dejo en Chiang Rai, el primer destino en Tailandia. Este lugar se caracteriza por los treckings y las visitas a las tribus locales que hay cerca, además de algunos templos antiquísimos y ser la entrada al llamado Golden Triangle (frontera tripartita de Laos, Myanmar y Tailandia). Llegando a Chiang Rai, buscamos pocilga y fuimos por algo de comer (acá se supone que hay M dorada, pero queda lejos, finalmente comimos pizza). Después de almuerzo fuimos a un museo que es de las tribus y explicaba sobre ellas y sus costumbres. Vimos que por ejemplo, las tribus de mujeres con cuello largo (aros en el cuello) que se pueden visitar por acá, no son originarias de Tailandia, sino que de Burma (Myanmar) y que las que están en Tailandia son casi que ilegales o refugiados que huyeron de la dictadura que hay en ese país. También el museo trataba del opio, ya que esta zona fue uno de los centros con mayor producción de opio en el mundo, el cual se exportaba a todas partes. En resumen, muy interesante el museo (pero o se podia tomar fotos). Además, la entrada incluía un café o té en el restaurante de abajo, el cual como particularidad tenía que apoyaba una campaña sobre sexo seguro mediante el uso del preservativo. Ya en la noche fuimos a ver la Sunday Walking Street, que es una calle que cierran los domingos en la noche y se pone un mercado donde venden de todo y hay espectáculos callejeros. Muy entretenido y sobre todo que no está hecho para los turistas, entonces uno ve mucha gente local dando vueltas, precios baratos y lo mas choro fue que había una banda que tocaba en vivo algo así como cumbias, la gente bailaba y nos fuimos a bailar con ellos, igual no éramos los únicos extranjeros, pero tampoco éramos muchos. Del mercado volvimos y contratamos un tour por la zona para el día siguiente. Ese día también aproveché de cortarme el pelo, claro que costó un mundo que la tipa entendiera, más o menos lo que queríamos. Bueno así fue nuestro primer día tailandés.
A la mañana, nos pasó a buscar Sun, nuestro chofer guía que nos llevaría primero al templo blanco, que es un templo que está a las afueras de Chiang Rai, que fue diseñado y financiado por un arquitecto famoso de Tailandia que vivía en esa zona. El templo es muy lindo y tiene muchos detalles, varios de ellos modernos (el templo es del 97), como por ejemplo, en el interior (que no se podía sacar fotos) en los murales aparecían personajes de ficción (y reales) que representaban al mundo banal, dentro de estas cosas estaban superhéroes tipo Superman o Batman, personajes de películas como Harry Potter, Terminator o Darth Vader, en fin muy choro.
Después del templo blanco, fuimos a ver una aldea de tribus locales, donde estaban las mujeres de cuello largo. Como les dijimos, las mujeres de cuello largo, son originarias de Burma y cruzaron la frontera escapando de la dictadura de ese país. El problema es que tienen dos alternativas estando en Tailandia, primero ir y vivir en un campo de refugiados o quedarse en unas aldeas privadas, donde les pagan y les dan casa a cambio de exhibirse a los turistas (a los que les cobran una entrada). El tema es que no tienen papeles (o sea son ilegales y no reciben ninguna ayuda del estado) y solo pueden ir a los pueblos a comprar por el día y después volver a las aldeas. Si bien igual es toda una experiencia conocer a estas mujeres, te queda una sensación de que estas aldeas son una especie de zoológicos humanos. Además de la tribu de las mujeres de cuello largo (que a todo esto no tienen el cuello largo, si no que con el peso de los aros que se ponen desde los 5 años, las clavículas y las costillas de les atrofian y da la impresión de que su cuello fuese más largo) habían otras tribus de la zona que cuando aparecías te hacían un show y tu les dabas una propina. Como dijimos fue interesante, pero nos dejó con sentimientos encontrados. También vimos en la aldea una escuela donde los niños aprendían ingles con un video y cantaban el ABC.
Después de la aldea fuimos a la Monkey Caves, unas cuevas con monos donde tenías que subir muchos escalones, que no tenía mucha gracia ya que hemos visto otras de estas antes. Luego paramos a almorzar a un buffet bien rico (comimos harto) y fuimos a Mae Sai que es la ciudad más al norte de Tailandia y que se encuentra en la frontera con Burma, allí fuimos a un templo que estaba arriba de un cerro (había un escorpino gigante) con una vista de la ciudad (aunque algo brumosa) y que además tenía varios monjes famosos de cera. También pasamos a un mercado que estaba en la ciudad.
Después fuimos al Golden Triangle que además de ser la zona donde se unen Burma, Laos y Tailandia, era famosa por la producción de opio. Por esta zona, pasamos a unos templos (con unas imágenes de Buda bien lindas), fuimos a un mirador donde se veían los tres países (si bien no vamos a ir a Burma, igual la vimos varias veces y de cerca este día) y también al Museo del Opio, donde te cuentan la historia de esta droga, como se produce (desde la planta, pasando por el opio y la morfina hasta llegar la heroína), sus usos y utensilios que se usaban para su consumo, como por ejemplo todo tipo de pipas (nos acordamos de muchos amigos que habían alucinado con estas pipas… jajaja). Finalmente en el tour pasamos a Chiang Saen, otra ciudad a la orilla del Mekong (última vez que lo veremos) que tenia unos templos antiguos (en uno toqué el gong para la suerte, se supone). Durante el camino hablamos con Sun que nos contaba de como eran las cosas acá y claramente este país es mucho más desarrolladlo que sus vecinos, aunque casi igual de corrupto.
Luego de eso vuelta a Chiang Rai donde, ya de noche, fuimos a sacar unas fotos al reloj dorado (diseñado por el mismo arquitecto del Templo Blanco) y pasamos por el bazar nocturno.
Al día siguiente nos cambiamos de ciudad desde Chiang Rai a Chiang Mai, esta última es más grande y más turística, también con muchas actividades para hacer. El viaje entre las dos ciudades fue en un bus que no fue para nada terrible (igual era cómodo y sólo fueron 3 horas y media). Llegamos a Chiang Mai, buscamos pocilga (es un poco más caro que Chiang Rai) y en la noche comimos en un puestito en la calle.
El primer día en Chiang Mai fue bien relajado, ya que nos levantamos tarde, fuimos a un Mall, al supermercado, nos rencontramos con Ronald y fuimos a ver una película (una de unos espías que se pelean a la misma niña… entretenida). En la noche comimos de nuevo en el puestito de la calle. El segundo día fuimos al consulado indio para tramitar la visa, pero ahora la postulaciones son primero online y después hay que pasar por el consulado (decidimos hacer lo de la visa mejor en Bangkok). El resto del día fue recorrer un poco el barrio, planificar y en la noche fuimos al Bazar Nocturno de Chiang Mai. Esa noche nos encontramos con una pareja de chilenos que estaban haciendo la Working Holyday en NZ con los que nos tomamos unas cervezas y compartimos algunos datos.
Al día siguiente arrendamos una bicicletas y salimos a recorrer la ciudad, visitamos varios templos muy bonitos, fuimos a un museo y pasamos en la noche al Bazar nuevamente. Lo mas choro del día fue que en algunos de los templos existe algo llamado Monk Chat (hablar con los monjes) donde ellos aprovechan de practicar su ingles con los turistas y mientras uno habla con ellos de todo, especialmente de religión y sus costumbres. Demasiado interesante, aprendimos algunas cosas del Budismo, como por ejemplo que ellos no tienen Dios, Buda es sólo el maestro, un hombre común y corriente que alcanzó el estado de iluminación máxima (el Nirvana). Ese día aprovechamos también de contratar un tour para el día siguiente que nos habían recomendado la pareja de chilenos que conocimos el día anterior y que nos volvimos a topar en la noche.
A la mañana siguiente nos pasaron a buscar y partimos a nuestro tour, el cual iba a ser hacer de todo en un solo día. Lo primero que hicimos fue ir a un jardín de orquídeas y granja de mariposas, bien bonito, pero hemos visto mejores de ambos. Lo siguiente fue hacer el bambú rafting, que es que bajas por el río arriba de una balsa de bambú, algo diferente y pintoresco, pero nada del otro mundo. Después fuimos a andar en elefante nuevamente, pero acá en Tailandia a los pobres elefantes para manejarlos usaban unos martillos con una puntas (no nos gustó mucho esto), como ya habíamos andado en elefante la cosa tuvo menos gracia, eso si esta vez le compramos comida al elefante y le dimos de comer en su trompa (tratando de compensar el daño). Lo otro bonito era que había unas elefantas con sus elefantitos. Luego de los elefantes vino el almuerzo donde conversamos con una pareja que ella es de Bulgaria, él de India, viven en EEUU y que también están recorriendo el mundo (claro que ellos van a pasear por 18 meses, que valientes). Luego vino un trecking por el cerro y llegamos a unas cascadas a bañarnos. Después pasamos a un aldea de tribus locales y finamente hicimos rafting (el típico tipo los de Pucón, pero mucho más relajado). Lo otro choro que algunos de los trayectos (los cortos) los hicimos en una camioneta y algunos se tenia que ir en una parrilla en el techo (nosotros nos fuimos a la ida y la vista era muy linda del valle… abuelita no se preocupe porque la camioneta va lento y nosotros bien afirmados).
A la vuelta de tour, compramos los pasajes para irnos a Bangkok el día siguiente (teníamos que llegar el lunes para ver el tema de la Visa a India). Luego nos fuimos a la Saturday Walking Street (parecida a la del domingo que fuimos en Chiang Rai, acá también hay otra el Domingo que es más bacán, pero el domingo en la noche nos íbamos) este día compramos un par de cositas (un nuevo libro para anotar nuestras aventuras y una mini maquina de coser) y aprovechamos de darnos unos ricos masajes, media hora por luca, la Paula se hizo de hombros, cuello y espalda y yo de pies. Que rico hacerte masaje, claro que acá la cosa no es en un spa con música de relajación ni nada de eso, es en unos puestitos, pero igual te relajas. Después de eso a dormir.
Ultimo día del norte y dejamos, nuestro hotel, pasamos a dejar las cosas a donde habíamos comprado los pasajes (ellos te cuidaban tus cosas) y salimos a dar una vuelta, tratando de pasar a lugares que tuviesen aire acondicionado (mucho calor, pero al menos acá no es húmedo). Esa mañana al final no hicimos mucho. En la tarde aprovechamos de ver unas cosas del viaje en internet y sacarnos las fotos para la visa. Finalmente pudimos pasar un ratito por la Sunday Walking Street. La cosa comienza tipo 5 y nos pasaban a buscar pasado las 6, así que alcanzamos a dar una vuelta y aprovechamos de hacernos unos nuevos masajes por luca (esta vez nos invertimos, la paula de pies y yo de espalada, hombros y cuello). Después de ese momento de relajo, nos pasaron a buscar para irnos al bus. Este bus era VIP, no como el anterior que nos llevó de Laos a Tailandia (capítulo anterior), pero como no siempre la cosa puede ser perfecta, nos toco al lado un viejo que parece que no se había bañado en años, pasado a ala y a patas (yo no soy muy alaraco con esto, pero de verdad que ese viejo estaba muerto y en plena descomposición). Tratamos de ver si había más asientos libres, pero cagamos. Al final nos echamos repelente (que tiene olor a lemongrass) para no sentir la pestilencia, claro que como el bus duraba como 10 horas, al final ya estábamos inmunes. Sin considerar al viejo hediondo, el viaje estuvo de lo más cómodo, vimos unas películas, dormimos bien e incluso pasamos algo de frio con el aire acondicionado. Finalmente llegamos a Bangkok a la zona de Khao Sand Road (que es la zona de los mochileros, una mescla entre Patronato y Bellavista). En esta ciudad vamos a estar por más de 1 semana esperando el tema de la visa a India, pero no importa porque es una ciudad con un montón de cosas para hacer. Aun estamos acá, así que cuando terminemos este lugar habrá un nuevo capitulo. Por si acaso, esto va un poco desfasado, a Bangkok llegamos el día Lunes 26 de Marzo y el 4 de Abril salimos a India.
Cosas Raras: Es sabido que en estos países se comen cosas que habitualmente nosotros no consideramos comida, como por ejemplo los grillos fritos que encontramos en Chiang Rai (los probé y no son malos, solo se siente el gusto a frito). Otra cosa rara fue que cuando estuvimos en el cine, antes de que empiece la película, toda la gente se puso de pie… dieron un video del rey (tipo himno nacional) y después todo continuó como siempre. Lo otro es que parece que acá cuentan la edad de otra forma (vean la foto del monje). Finalmente en ese restaurante que apoyaba una campaña de uso del preservativo, encontramos algunos afiches y figuras divertidas, como el viejo pascuero protegido.
Hágalo Por Favor, No sea Idiota: Primero una idiotez de cada uno y terminamos con la de los dos. Cuando nos bajamos del bus la Paula dejó su banano con sus documentos en el asiento y tuvo que correr para ir a buscarlos (no era primer vez, por lo menos la tercera, por eso lo pusimos ahora). Cuando fuimos a ver a las tribus en Chiang Rai, en algún momento me saque los anteojos de sol y simplemente los perdí, el tema es que estos no tenían ni 2 días. Finalmente, cuando fuimos al super en Chiang Mai, aprovechamos de comprar cosas que nos faltaban como la pasta de dientes, claro que a veces no es tan fácil comprar estas cosas (porque no necesariamente son iguales a las que hay en Chile), aunque si en la caja dice que tiene sal, lo mas esperable es que sea una pasta salada asquerosa y no otra cosa, tal como nos pasó (la pasta salada incluso daba asco y tuvimos que comprar otra).
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