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viernes, 13 de abril de 2012

India: Capítulo 1 - Delhi y Rajastán


Por fin estamos en India, uno de los destinos más esperados por conocer, pero a la vez el que dejaba más dudas de como iba a ser, que nos íbamos a encontrar o si es que era tan maravilloso (o terrible) como nos lo había descrito mucha gente. En fin ya estamos acá y esta será sin duda una de las experiencias más importantes de nuestro recorrido. Bueno como sabrán, India es el segundo país más poblado del mundo con alrededor de 1.171 millones de habitantes (se estima que en unos años más va a ser el primero superando a China). Se ubica en la parte sur de Asia, fue colonia británica y de aquí son originarios el famosísimo Mahatma Gandhi, el Yoga y el Kama Sutra. Es una tierra llena de colores, sabores y olores. Mujeres con sari (traje típico indio), hombres de turbante y frondoso bigote. También hay mucha pobreza y suciedad, pero una gran riqueza cultural y humana. La cocina es maravillosa y muy variada (para los que nos gusta comer de todo, especialmente condimentado), pero siempre teniendo en cuenta las condiciones sanitarias (muchas veces dejan bastante que desear y es mejor dejar pasar algunos manjares). La gente es muy amable y servicial, pero a la vez existen muchos aprovechadores y embaucadores, por lo que hay que tener cuidado con ellos. En fin India es una tierra como salida de un cuento y llena de contrastes.

Nuestro vuelo a India, fue bastante bueno, considerando que se trataba de una línea low cost, el único pero, podría ser el olor a ala de algunos pasajeros. Llegamos a Delhi un poco antes de las 3.30 pm en horario local (India tiene 8 horas y media mas que Chile, o sea llegamos como a las 7 am de Chile). El aeropuerto se e bien, no tuvimos problemas a la entrada (en la línea aérea nos habían dicho que se necesitaba pasaje de salida para entrar a India, pero como siempre, nadie pidió nada… esto ya nos había pasado antes de Indonesia y Vietnam) ni con las maletas. Para irnos a la ciudad elegimos usar el metro que es casi nuevo (lo inauguraron para los Juegos de la Commonwealth de 2010). Luego de como 20 minutos, llegamos a la estación de Nueva Delhi. La búsqueda de pocilgas no fue tan lenta y encontramos una que si bien no es de lo mejor que hemos estado, tampoco es la más penca. Ese día solo comimos y salimos a dar una pequeña vuelta por la calle donde vimos a nuestra primera vaca sagrada.



Al día siguiente nos levantamos temprano para ir a la estación de trenes a comprar los pasajes para recorrer India, los que hay que comprar con anticipación porque se agotan (nosotros ya estamos muy sobre la fecha par varios de ellos). El tren es la forma más segura y confiable de viajar en India (carreteras reguleques y el transito loco), ellos cuentan con una gran red de líneas férreas por todo el país y los trenes son más que aceptables (en comparación a los de Chile o los que había en Chile). Para comprar los pasajes hay una oficina especial para turistas por lo que salvo la cola de gente, no representó mayor problema. Después de 2 horas tuvimos todos los pasajes que necesitábamos, claro que algunos no en la clase que deseábamos, pero daba lo mismo ya que al menos teníamos como movernos. Luego de eso partimos al Red Fort (Fuerte Rojo y no tiene nada que ver con Robert Redford… jojojo) que como lo dice su nombre es un fuerte que esta en la parte antigua de Delhi (Vieja Delhi) y es un símbolo importante para la gente en India (aquí el primer ministro hace el discurso del día de la Independencia).  Dentro de el hay jardines y edificios bien bonitos con varios detalles. Luego de fuerte pasamos a Chandni Chowk que es una calle bazar, llena de tiendas de distintas cosas, allí vimos una procesión, probé unas frituras locales (una era como una empanada y la otra una masa dulce, ricas ambas y no me enfermé por comerlas). También vimos unos puestos donde regalaban comida (parece que candidatos a algo, no probamos que era porque en general todo se ve bien sucio). Para almorzar pasamos a la M dorada y es cierto, no venden nada con carne, no hay Big Mac. Luego de almorzar fuimos a la Mezquita de Jama Masjid (en la India hay muchos musulmanes, incluso cuando se independizó la India del Reino Unido, se dividió en una parte mayoritariamente hindú, lo que es la India hoy en día y dos estados musulmanes independientes, estos son Pakistán y Bangladesh). Esta Mezquita es la más grande de India, tiene una capacidad para 25 mil personas (imaginamos que de pie, porque no hay donde sentarse) y posee 4 torres grandes con una hermosa vista de Delhi. Para entrar hay que hacerlo descalzo (el suelo estaba muy caliente) y pagar un permiso para sacar fotos. En el medio de la mezquita hay una pileta donde la gente se lavaba la cara y los pies (debe de ser como agua bendita) y yo aproveche de refrescar algo mis acalorados pies (la Paula no quiso porque encontraba un poco sucio el asunto).











Después de la mezquita nos tomamos un Auto-Rickshaw (así se les dice a los tuk tuk acá) que nos llevó a la Tumba de Humayun (tumba de una de las esposas de este emperador). Esta tumba es muy bonita y es como un antecesor a lo que sería después el Taj Mahal de Agra. Tiene grandes jardines, muchos detalles y una gran cúpula. Luego de la tumba cruzamos la calle para ir al santuario de Hazrat Nizam-ud-din Dargah que es un santo musulmán donde en las tardes hay unos cantos (solo los hombres cantan). Muy interesante y diferente estar viendo algo así, claro que para llegar había que meterse por unos callejones llenos de gente (musulmanes casi todos) y uno no podía sentirse otra cosa que un bicho raro. En este santuario además de la música presenciamos el rezo de las 5 de la tarde y vimos como un tipo y un par de niñas se zamarreaban y golpeaban contra el muro como si estuviesen poseídos por el demonio (una de las niñas hizo su show mientras tocaban la música y parecía como la go go dancer del grupo). Todo esto sin duda que fue una experiencia totalmente diferente. A todo esto, la música igual era bonita y chora. Después de salir de eso partimos a Connaught Place que es como el centro de Nueva Delhi y en ese lugar (que hay parques y mucho comercio) nos encontramos de nuevo con los osos que habíamos visto en Kuala Lumpur (el oso de Chile sigue siendo feo, pero fue bonito ver algo de nuestro país). Aprovechamos de sacarnos fotos con los osos de todos los países que hemos ido juntos (sólo faltó Laos que no tiene oso) y nos echamos un poco en el pasto (estaba todo relativamente limpio, algo no muy común) para descansar. Luego fuimos a un mercado y después de vuelta en metro a la pocilga. Andar en metro (el de verdad, porque al aeropuerto va una línea diferente que es más moderna y desocupada) fue toda una experiencia, en el primer tren que pasó, el mar de gente no nos dejo subir (y eso que estábamos de los primeros). Ya en la pocilga, comimos y nos fuimos  dormir ya que después de tantas cosas hechas, estábamos agotadísimos.











Al día siguiente no hicimos nada especial, nos levantamos tarde, aprovechamos de conectarnos a Internet para ver cosas del viaje (compramos los pasajes para ir de India a China). Ya en la tarde tomamos nuestras cosas y partimos a la estación de trenes de Vieja Delhi (nosotros estábamos al lado de la de Nueva Delhi, pero en metro se llegaba rápido a la otra). Al llegar no teníamos idea de cual anden era (hay muchos trenes en la estación, es más en India diariamente usan el tren más de 18 millones de personas, es más que si todo Chile viajase en tren cada día). Finalmente nos encontramos con una pareja de canadienses (que podrían ser nuestros papas) que nos dijeron donde era. El tren es bien bueno, tenemos literas (camas), una mesa, AC, enchufe, ropa de cama (no la usamos ya que tenemos nuestros sacos de seda) y el compartimiento (que se cierra con una cortina) es para cuatro. El único pero es que vimos pasearse a unas lauchitas por el piso. Inicialmente nuestras compañeras de viaje eran una locales que se bajaron antes y fueron remplazadas por unos tipos y después de ellos por unas niñas inglesas que se quedaron hasta el final. El viaje fue bien grato y dormimos muy bien. En el tren aprovechamos de conversar con los canadienses (muy simpáticos y les gustaba el tema de las campervan).


El tren se atrasó 2 horas por lo que llegamos a Jaisalmer cerca de la 1 de la tarde. Jaisalmer es una “pueblo” (60 mil habitantes, lo que vendría a ser proporcionalmente a un pueblo de 1.000 habitantes en Chile) que se encuentra en la región de Rajastan y que está en el desierto de Thar, muy cerca de la frontera con Pakistán. En esta ciudad, que le dicen la ciudad dorada por su color dado por las construcciones de color arena, donde destaca el fuerte que se encuentra en el cerro que está al medio del poblado. En este lugar además de hermosos edificios, se pueden hacer actividades como safaris en camello por el desierto.  Al llegar a Jaisalmer, no teníamos pocilga, pero a la salida de la estación está lleno de tipos que te ofrecen. Finalmente fuimos a una que salía en el Lonely Planet, la cual resultó  ser bastante agradable, pero no como para usar las sabanas. Almorzamos en el restaurante del hotel que esta en la azotea y que tiene una linda vista del fuerte. Luego tomamos un paseo por el desierto a camello para el cual salimos como a las 3.30 y volvimos tipo 10 de la noche. Junto con nosotros iba en el tour una pareja de indios que llevaban 9 meses casados y que se habían conocido chateando por internet. El tour consistía en la visita a un templo (había que pagar extra y se podía ver de afuera, así que no entramos), el paseo en camello y comida con show. El safari en camello fue algo que nos gustó mucho, ya que estar allí andando en medio de la nada (igual el desierto tiene algo de vegetación) arriba del camello donde no se oía nada más que el caminar de los animales, era algo mágico. En unas dunas que paramos aprovechamos de ver la puesta de sol (el sol se escondió antes en unas nubes, pero igual fue bonito). Después fuimos a la comida con show, claro que éramos los únicos. El show igual fue interesante y la comida rica y variada. Luego del tour vuelta a la pocilga y nos conectamos para saludar a Felipe (hermano de la Paula) que estaba de cumpleaños, pero lo divertido es que el tipo del hotel que se llamaba Kan (era bien catete, pero en realidad lo que quería era que uno estuviese contento) se metió en la mitad a cantarle cumpleaños feliz y a saludarlo. Luego de eso a dormir.
















Al día siguiente nos levantamos temprano para ir a recorrer Jaisalmer y lo primero que fuimos fue al fuerte. Dentro de éste está lleno de callejuelas con tiendas y casas donde vive la gente. Además hay varios templos y un palacio que es el del Marajá. La visita al palacio incluía un audio guía que te contaba historias del lugar como el jauhar que era un rito en el cual, cuando en una batalla ya veían que no tenían salida, las mujeres se arreglaban con su mejor ropa y se lanzaban a piras de fuego y los hombres salían del fuerte a luchar hasta la muerte y después encontrarse en la otra vida. Otra historia es que en la batallas en las noches no se peleaba e incluso compartían entre la gente de los distintos bandos partidas de ajedrez. En fin muchas historias y el lugar es muy lindo, además de tener unas vistas maravillosas de la ciudad y del desierto. Después visitamos unos templos llenos de detalles y bien lindos (en uno de ellos le dijeron a la Paula que se parecía a Penélope Cruz). También fui acosado varias veces por unos tipos que se ofrecían a arreglarme la zapatilla rota (querían coserla no sé como, pero yo cacho que se terminaría rompiendo más). Luego pasamos a almorzar a un restaurante que nos habían recomendado (bien rico) y fuimos a los Havelis que son unas casonas donde vivía la gente con mucha plata y que son muy lindas. Vuelta a la pocilga a descansar un rato y pasar el calor (la pocilga tiene piscina, pero ya llegando al aire acondicionado de la pieza se nos quitaron las ganas de bañarnos). Ya más tarde fuimos a un show de marionetas, bien bonito, pero no de los mejores que hemos visto.











Al día siguiente levantada temprano (check out a las 9 AM), dejamos la pieza (las cosas quedaron en la pocilga) y salimos a tomar desayuno, allí nos dimos cuenta que tenemos que cambiar algunos pasajes de tren (ver sección de No sea Idiota). Después fuimos a un lago (tranque con suerte y bien sucio) y en ese lugar, vimos un viejito que tocaba un sarangi (un instrumento de cuerda que se toca con un arco) y que sentó a la Paula con él, mientras cantaba y la hacia repetir lo que decía. Luego volvimos a la pocilga a almorzar y partimos al terminal de trenes (nos fueron a dejar los del hotel) para salir con destino a Jaipur, ciudad capital del estado de Rajastan, conocida como la ciudad rosa y que tiene unos palacios bien lindos, siendo parte del llamado triangulo dorado que compone junto a Delhi y Agra (circuito turístico muy común en India).



El tren que nos toca ahora se supone que es el más penca ya que si bien tiene literas, este no tiene aire acondicionado. Cuando nos subimos al tren nuestro compartimiento (es de 6 sin cortinas, ni ropa de cama, sólo con unos ventiladores) el calor era infernal (un termómetro que tenemos llegó a marcar 40,2°), por suerte habíamos comprado mucha agua. Con el andar del tren y pasar por otras estaciones, nuestro lugar comenzó a llenarse, por suerte nosotros tenemos las dos literas de arriba así que nos acostamos. En este tren también vimos ratones en el piso (parece que aprovechan de viajar gratis). Otra cosa con los trenes es que nada ni nadie pasa avisando en que estación estas, por lo que hay que estar preguntando a la gente local y ojalá encontrar a alguien que vaya a donde mismo (en el tren anterior no nos pasó esto porque partimos al inicio del tren y nos bajamos en la estación final). Se supone que llegábamos a Jaipur a eso de las 4.50 AM, así que pusimos despertador y cerca de la hora nos pusimos a preguntar, por suerte donde vamos se baja mucha gente así que no tuvimos problemas.



Llegamos de madrugada y fuimos en búsqueda de un hotel. Lamentablemente por la hora nos fue difícil encontrar algo disponible y que cumpla con nuestros requisitos (no muy caro y no muy penca).  Finalmente nos devolvimos a la estación de trenes para ver lo del cambio de pasajes. Luego de dar muchas vueltas (compra huevos) logramos encontrar la oficina de reservas la que abría a las 8 (ya eran como las 6.45). Logramos cambiar nuestros pasajes, pero ahora no habían en 3° clase y vamos a tener que irnos en sleeper (la misma clase del último viaje), ojalá que no tengamos tanto calor como la vez anterior. Como cosa buena, nos devolvieron mucha plata. Luego de eso partimos la segunda expedición en búsqueda de hotel y volvimos a uno que habíamos ido en la madrugada y nos dijeron que después de las 11 se desocuparían unas piezas y que podíamos dejar las coas he ir a esperar al restaurante del hotel y tomar desayuno. Nos pasaron la pieza y esta es la mejor que nos ha tocado en India (mejor también que varias de otros lados). Muy bonita, limpia y cómoda. El resto del día no hicimos nada más que descansar ya que yo estaba con un poco de dolor de cabeza (mucho calor y un poco sueño… estamos bien).

Al otro día salimos a recorrer los lugares emblemáticos de Jaipur. Primero fuimos al Palacio de la ciudad que es muy bonito, además dentro tiene varios museos (no dejan sacar fotos en los museos, pero si en los patios) y se encuentran los objetos de plata más grandes del mundo (unos jarrones gigantes que usó el Marajá para llevar agua sagrada del Ganges en un viaje a Inglaterra). Antes en la entrada vimos a un encantador de cobras y nos sacamos fotos con él (según nos dijo la cobra no tenia veneno, pero igual daba miedo). Luego fuimos al Jantar Mantar que es un observatorio, lleno de instrumentos para medir distintas cosas relacionadas con los movimientos de los astros y planetas. Así median los eclipses, trayectorias, tamaños y un sinfín de cosas. Destaca también un reloj de sol gigante que da el tiempo con 2 segundos de precisión (mide como 27 metros de altura). Muy interesante este lugar, aunque el calor y el hecho de que no hay muchas sombras en el lugar hicieron que no lo disfrutásemos tanto como debiésemos.












Después fuimos al Hawa Mahal (Palacio de los Vientos) que es el lugar más emblemático de la ciudad, el cual es muy lindo, sobre todo por fuera, aunque debemos decir que íbamos con más expectativa de él. Luego almorzamos y fuimos al Museo Central que esta en Albert Hall, un edificio bien bonito, pero que fue tomado por las palomas. En el museo había de todo, algunas cosa choras y otras repetidas. Después vuelta a la pocilga a ver más cosas del viaje (armamos algo de China y compramos los pasajes para ir a las playas de Tailandia). Comimos y a dormir.









Día siguiente dejamos la pieza y partimos a unos bazares a comprar, la Paula se compró unas chalas, unos zapatos, una polera larga y un traje (polera larga, pantalón y pañuelo). Yo sólo me compre una polera. Luego de las compras volvimos a la pocilga a almorzar y partimos a la estación de trenes par ir a Agra lugar donde se encuentra el famoso Taj Mahal. Ahora (al momento de escribir esto) vamos en el tren, así que hasta aquí este capitulo y en el próximo les contaremos como nos fue.


Hasta el momento India no ha sido para nada terrible. O sea, igual hay mucha pobreza, lugares asquerosos (no se puede comer mientras se pasea por las calles), pero uno tiene que tratar de mirar el todo y no los detalles, porque si uno lo hace, siempre va a encontrar algo que pueda echar a perder (o literalmente cagar) el momento.

Cosas Raras: En este país hay una infinidad de cosas raras. Pero vamos a destacar algunas como la cantidad de controles de seguridad que hay para entrar a lugares público (sobre todo en Delhi) incluso hay unas trincheras en las estaciones del metro con un milico con fusil listo para disparar (la de la foto es en la entrada del fuerte, a las del metro no les pude sacar foto y eran más impactantes). Esto es producto de los atentados terroristas que ha habido años anteriores. Como cosas más de la cultura, en las calles hemos visto muchos viejos (y no tanto) que cuando se quedan canosos se tiñen el pelo de un color anaranjado (están para comercial de Closs de Pirque… ¡¡¡el zanahoria!!!!... se nos cayó el carnet). Otra cosa es que cuando uno pregunta algo acá no usan los mismos movimientos de cabeza para decir si o no, sino que mueven la cabeza hacia los lados (parecido a un más o menos), algo súper ambiguo y al final uno no tiene certeza de que te contestaron. También se supone que en India hay que mantener mucho decoro en las relaciones, nada de andar abrazados o besándose en la calle, pero es muy común ver a los hombres caminando de la mano o medios abrazados (hemos visto a muchos, pero les debemos la foto). Finalmente, cuando nos tomamos el avión a India nos llamó mucho la atención que todos los tipos que viajaban se llevaban consigo al menos 1 LCD, LED o Plasma, vimos carros de aeropuerto con al menos 5, parece que la diferencia de precio entre comprarlo en Tailandia e India es demasiada ya que incluso pagaban el sobre peso.

Hágalo Por Favor, No Sea Idiota: El día que estábamos tomando desayuno en Jaisalmer nos pusimos a leer de los destinos que se vienen en India para así sacarle provecho a cada día. Así vimos que ver además de del Taj Mahal en el único día que estaríamos en Agra (toda la gente dice que no da para más de un día, incluso hay gente que va desde Delhi en la mañana y se vuelve en la tarde). Resulta que el día que nosotros vamos a ir a esa ciudad es un Viernes y ese es el único día de la semana en que el Taj Mahal esta cerrado. Así que tuvimos que cambiar los pasajes para darle otro día más a Agra y poder ir a ver el edificio más famoso de la India. Igual no somos los únicos que tuvieron este percance ya que leímos que Arnold Schwarzenegger tuvo el mismo problema hace poco y quedo con cuello sin poder verlo. En resumen, si va a algún lugar que le parece importantísimo, mínimo planifique ir cuando esté abierto.

Extra – Extra: Vimos a la Famosa “MUJER MANGUERA”, pero la foto la vamos a dejar para el próximo capítulo.

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