Ya sabemos que vamos un poco atrasados en el blog, pero hemos tenido algunos problemas como conexiones malas de internet, se nos rompió el adaptador del enchufe y no podíamos cargar el computador y también que cuesta hacerse el tiempo para escribir.
Como habíamos quedado en el capitulo anterior, llegamos a Siem Reap y Phouy (Poy), nuestro nuevo chofer nos llevó a un hotel que nos habían recomendado en Battambang (con descuento incluido). A primera vista el hotel estaba bien bueno, tiene piscina, una pieza grande y buen aire acondicionado (esto último vital, ya que hacía mucho calor, más de 30 grados, durante parte de la noche incluso), pero de a poco comienzan a aparecer los peros, como por ejemplo que el servicio era pésimo, que no eran muy amigo de la limpieza (a menos que uno lo exija), que el lavamanos y la ducha se tapaban… pero a pesar de eso la cosa salvaba bastante. Una vez instalados, vimos el tema del itinerario. Arreglamos con el mismo Phouy para que nos lleve en tuk tuk durante los 3 días que vamos a recorrer algunos de los templos (también estaba la opción de ir en bicicleta, pero como dijimos antes el hacia demasiado calor). Decidimos dejar para el último día a Angkor Wat (ver el amanecer allá) y Angkor Thom (la ciudad misma), que son los más impresionantes y partimos con algunos que estaban un poquito más lejos. Al finalizar el día comimos algo en el restaurante del hotel (que manera de ser lentos).
A la mañana siguiente el tuk tuk nos paso a eso de las 9 de la mañana y comenzamos con lo tan esperado (antes si pasamos a comprar algo para comer). Los templos de Angkor corresponden al imperio Khmer que tuvo su apogeo entre los siglos IX y XIV, llegando a abarcar lo que hoy en día es Camboya, Laos y partes de Vietnam, Tailandia, Myanmar e incluso China. En realidad la información sobre cada uno de los templos, a quien están dedicados, como se construyeron, etc. es tanta que no fuimos capaces de procesarla por completo, pero les podemos decir que algunos templos son hinduistas (dedicados a alguno de los dioses como Brama, Shiva o Visnú) o bien algunos posteriores que son Budistas, aunque manteniendo algunas cosas hinduistas. Se habla de que en esta zona donde estaba la capital de imperio, llegó a habitar cerca de 1 millón de personas (una cifra sumamente alta considerando las fechas en que estamos hablando). De la construcciones civiles (principalmente casas de la personas) no queda nada, ya que eran construidas de madera, pues la piedra era sólo para los dioses (y el emperador). Si desean saber más sobre los templos y el imperio, busquen en internet, ya que como les dijimos la información es mucha y nosotros no hicimos toda la pega. Volviendo a la actualidad, para entrar a los templos hay que pagar una entrada que es de 20 dólares diarios (10.000 pesos chilenos), o bien se pueden comprar los pases de 3 días por 40 dólares ($20.000, el cual fue lo que pagamos nosotros) o de 7 días por 60 dólares ($30.000). Así que como verán la cosa no es nada de barata, ya que además hay que agregar el transporte que nosotros pagamos en total 60 dólares (igual creemos que se podía pagar un poco menos, pero no tanto menos). Como les dijimos ese primer día partió a las 9 de la mañana recorrimos algunos templos que están un poco más alejados. Este día vimos los templos de Banteay Srei, Banteay Samre, Pre Rup, Sra Srang, Banteay Kdei y Prasat Kravan. Algunos de ellos más bonitos que otros, pero si nos ponemos a describir cada uno, este capítulo no lo terminaría nunca. También pasamos por una aldea donde vimos como hacían unos dulces de caña de azúcar (yo los encontré ricos, pero a la Paula no le gustaron porque eran demasiado dulces, en realidad pensándolo bien, un diabético se muere si se come uno). El día fue muy caluroso (mucho sol y temperaturas sobre los 30 grados, además que las piedras de los templos hacían que la sensación térmica fuese peor, lo único que salvaba la situación era un viento que a veces corría) y agotador, volvimos al hotel pasado las 4 de la tarde (no almorzamos, sólo comimos unos panes que habíamos comprado en la mañana). A la vuelta al hotel su buen baño en la piscina (el agua es tibia, así que no era tan refrescante). En la noche fuimos al centro y comimos en un puestito de la calle.
El segundo día partimos más temprano, como a las 7.30. Como salimos más temprano y además estaba un poquito nublado, la temperatura fue un poco más agradable que el día anterior. Ese día vimos los templos de Prah Kham, Prasat Prei, Neak Pean, Prasat Krol Ko, Ta Som, East Mebon y Ta Prohm. En el ultimo de estos se filmaron unas escenas de Tomb Raider (nunca la hemos visto). Nuevamente muy bonito todo, hay templos para todos los gustos: grandes, chicos, con arboles en la mitad, con diversos tipos de gravados, esculturas, etc. En realidad que nos ha gustado mucho y eso que aun nos falta el último día, donde se viene lo mejor. Esta segunda jornada terminó un poco más temprano que la anterior y llegamos de vuelta a Siem Reap pasado las 3 de la tarde (alcanzamos a almorzar). El resto de la tarde no hicimos mucho (vimos un poco el mercado de la ciudad), porque estábamos súper cansados y al día siguiente no tocaba madrugar para ir a ver el amanecer en Angkor Wat.
El último día de templos, el tuk tuk nos pasó a buscar a las 5 AM. Todavía todo oscuro y gran parte de la ciudad aun durmiendo. En el camino a los templos vemos que son varios lo tuk tuk, buses e incluso tipos en bicicleta que están haciendo lo mismo que nosotros. Llegamos a Angkor Wat (el templo más bacán de todos) y como aun estaba super oscuro, no se veía nada. Nos acercamos a un lugar junto a una pequeña laguna a esperar (junto a un montón de gente) a que aparezca el magnifico templo. Lentamente comenzó a amanecer y la silueta de Angkor Wat empezamos a notar, en una sola palabra, maravilloso. Sin duda que este es uno de los hitos dentro de nuestro viaje. Una vez que aclareció, iniciamos el recorrido por el gran templo y de verdad que es grande. Finalmente estuvimos más de 3 horas paseando por este lugar.
Después de Angkor Wat seguimos a Angkor Thom (la ciudad) y allí recorrimos otro de los templos más lindos como es Bayon (el templo de las caras), entre otros. Una vez terminado Angkor Thom, ya con hambre (eran como la 1 PM) invitamos a almorzar a Phouy y conversamos sobre como era la vida en Camboya, de que él había sido monje budista (allí aprendió inglés) y que mucha gente manda a sus hijos para que sean monjes, ya que así reciben una mejor educación. En fin, muy interesante y entretenida la conversación.
Luego del almuerzo (que estuvo bien rico, junto a su Cambodia Beer) continuamos con los templos de Chau Say, Thommanon, Ta Nei y Ta Keo, los que, a pesar de ya haber visto los más increíbles, igual no perdían su encanto. Finalmente iniciamos la vuelta a Siem Reap, llegando de vuelta al hotel casi a las 4 de la tarde. Como se imaginaran estábamos muy cansados y aparte de un breve baño en la piscina no hicimos nada más.
Al día siguiente, aprovechamos de dormir hasta tarde (sin despertador, que agradable) y descansar. Luego recorrimos un poco las calles de Siem Reap, aprovechamos de comprar algunas provisiones, recuerdos, etc. y tomamos los pasajes para lo que sigue en el recorrido que es pasar a Laos, país donde nuestra primera parada sería 4000 islas (en el río Mekong). Eso si el bus sale de Siem Reap a las 5 AM y nos pasaban a buscar al hotel a eso de las 4.30 AM, así que esa noche no fue mucho lo que dormimos. Del bus nos pasaron a buscar cerca de la hora estipulada, pero el bus (como era de suponer) no salió hasta las 5.30, pero eso no era lo malo del bus, el problema era que los asientos no se podían reclinar (terrible) y el aire acondicionado estaba en modo Siberia (pero mejor eso, que te puedes abrigar, que asados de calor), además estaba sobre vendido y tiraban a algunos locales sentados en el pasillo en unas tablas apoyadas entre los asientos. El primer trayecto en bus (incluía un cambio en la mitad del camino) duró casi 6 horas y de suerte escuchamos el momento en que debíamos bajarnos. El segundo bus era uno más grande, no tan lleno de gente y con asientos reclinables, pero en el camino se quedo en panne 2 veces, y lo malo era que además el aire acondicionado funcionaba más o menos, lo que lo transformaba en un horno. Finalmente llegamos a la frontera y luego de tener que pagar unos misteriosos impuestos de timbre (plata para el bolsillo de los tipos de inmigración) llegamos a Laos. Y como es costumbre lo que sigue se viene en el próximo capítulo… sabemos que vamos algo atrasados (recién dejamos Laos), pero vamos a tratar de apurarnos para que no se queden tan atrás.
Cambodia sin dudas es un país de grandes contrastes, por un lado tienes todo el tema de la masacre del Khmer Rouge, la pobreza y la corrupción, pero por el otro están la amabilidad de la gente, lo maravilloso de los templos y la alegría de los niños. Claramente es un lugar mágico que te hace pensar sobre el mundo, del pasado, del presente y de como podemos contribuir a hacer un mejor futuro.
Cosas Raras: En las afueras de los templos e incluso dentro de algunos, no faltan los vendedores ambulantes (era de esperarse), pero lo más notable era que habían unos niños que te vendían postales (los niños no deberían trabajar, pero obviando esto) que te ofrecían 10. El tema era que te comenzaban a contar las postales en cuanto idioma se te ocurra (incluido español), era muy difícil decirles que no. Otra cosa que vimos fue un niño turista (local o de un país vecino de como 11 años), cuando estábamos paseando en la mitad de un templo, no se le ocurrió nada mejor que sacar su cosa y hacer pipi en el medio de las ruinas… último y los papás nada.
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